domingo, 25 de septiembre de 2011

LA DERECHA NO ES "TONTA"

La hipoteca de la utopía; el embargo de la idea de progreso en una generaciones destinadas a vivir en condiciones más precarias que sus padres; la desaparición de la ideología como coartada fácil, dejan a la política ya sus actores postrados en la inoperancia y en la debilidad. La política en la versión de Maquiavelo sigue con plena actualidad: es la lucha por la conquista y el mantenimiento del poder. Todo está en función de este objetivo.
La lucha por el poder hace que la dinámica social consagre amigos y enemigos cuando en realidad sólo lo son en aspectos parciales. El resentimiento con que gobierno y oposición se tratan para acabar haciendo política que a lo sumo se diferencian por matices, desdice toda idea adquirida sobre la dignidad de la política. Puede parecer exigencias del guión de la sociedad del espectáculo. A falta de discusión que hagan aflorar proyectos alternativos. Se crean ruidos informativos para distraer al personal. El que pone la máscara y el que la ha de llevar desarrollan fenomenologías diferentes que se separan y se reencuentran según los intereses del momento.
Uno de los errores de algunos militantes de izquierdas es calificar peyorativamente a la derecha. A veces aparecen dichos como “son tontos”. Con ánimo de desprestigiar se vuelven contra el que los ha proferido. Es un error calificar a la derecha de “tonta”. Ha gobernada el mundo desde que éste existe, salvo algunas concesiones. Sin embargo la izquierda se ha tenido que conformar con reformas sin que ello modifique la estructura de los gobiernos. Por eso hemos de abandonar la descalificación gratuita y adentrarnos en la búsqueda de posiciones convergentes o alternativas según los casos.
La racionalidad de la política se reduce al juego de estrategias y de tácticas para la conquista y mantenimiento del poder. Para realizar su pasión por el poder, el gobernante, en sintonía con la democracia, debe trabajar siempre con un oído puesto en la ciudadanía que le ha de votar y otro en el poder económico que es quien puede hundirle utilizando en dinero contra él. Si predomina lo económico estamos abocados a una modalidad de fascismo. Este equilibrio debe satisfacer a todos, y todos han de saber que el deterioro de dicho equilibrio destruye la convivencia necesaria para el progreso estable. El diálogo ha sido la estrategia más eficaz para el progreso.

Moncho Ramos Requejo

viernes, 23 de septiembre de 2011

VOCES DE IZQUIERDAS

Las diversas posiciones adoptada por los ciudadanos deben ser respetadas, pero al mismo tiempo han de admitir una reflexión, que nos ayuden a comprender los momentos sociales en los que vivimos. Los referentes que sirvieron a la izquierda en estos últimos tiempos se han trastocado y deben buscar nuevas entidades y nuevas expresiones. La realidad es enemiga de las simplificaciones y merece ser comprendida en su totalidad. Cuando hay dolor debe haber cooperación y no fuguismo.
Una de las razones que hace desaparecer la voz de la izquierda es la falta de de debate. Sucede a veces que lo que queríamos conseguir al no servirnos de los instrumentos adecuados se vuelven contra nosotros. Al imponer el silencio provocamos la disensión y la desbandada.
Se puede decir que en el siglo XX la política entendida como hostilidad entre el amigo y el enemigo alcanzó su máxima expresión. Había poco espacio para la indiferencia. El hundimiento del comunismo tuvo efectos directos sobre el espacio político de las democracias avanzadas. La desaparición del enemigo exterior venía a confirmar las diferentes opiniones en el interior. El disidente se configura como el nuevo “enemigo”. Silenciar al otro es una de las maneras de debilitar la cohesión social y también de entorpecer la búsqueda de un futuro con mejores soluciones para el presente. No se pueden resolver los problemas del futuro pensando solo en el presente, pero ello no amortiza el esfuerzo que debemos dedicar a la comprensión de nuestro presente. Ese trabajo se verá mutilado si prescindimos de algunas voces y no damos facilidad para que todas puedan expresarse libremente. Todo responde a determinadas relaciones de poder. Pero al mezclar la lucha democrática contra la extralimitación del poder, con la construcción del disidente como enemigo, sea crea un terreno de confusión, que impide la construcción de soluciones para los problemas reales. Como ha escrito un lúcido sociólogo, “ Es malo que haya un solo apaga fuegos pero es horroroso quedarse quieto viendo como el fuego quema, que es lo que a menudo hace la izquierda”. Y cierta izquierda no ha asumido el papel de ser voz de toda la izquierda y ha preferido lavarse las manos para distanciarse de los problemas reales: el hambre, la marginación, la miseria, la incomunicación en la sociedad de la información.

jueves, 22 de septiembre de 2011

MORALISMO POLÍTICO

La ética está de moda. Es un hecho generalmente aceptado. Concita, no obstante, comportamientos muy diversos a su alrededor, entre sus practicantes y sus espectadores. No son pocos los políticos que se refugian en un moralismo para desarrollar tropelías inconfesables y para crear o mantener un refugio de bondad.
En una sociedad capitalista la cuenta de resultados económicos es importante, y parece que no podemos prescindir de ella, pero no puede ser definitiva, además se han se contabilizar otros aspectos. La vida es un valor indiscutible y toda la sociedad debe estar orientada a preservarla. La política se arrima a la ética por urgentes necesidades de legitimidad o por vocación regeneradora. En el primer caso, aparecen los oportunismos políticos, que ante crisis coyunturales o períodos de desorientación ideológica, apuestan por un valor seguro y con cínico empuje aprenden a conjugar discursos de ética política con probada habilidad para la improvisación. En este segundo caso, el asunto es más grave porque el político moralizante cree en la pureza de su mensaje. Esta es la forma en que se expresan los mesianismos, los totalitarismos, los fundamentalismos, los integrismos y los utopismos más seductores. El moralismo político se empeña tenazmente en una práctica política que confunde fatalmente el fin de la política, que, lejos de aspirar a dirigir la vida de las personas, debería conformarse con crear un marco social de convivencia dinamizador de las propias para elegir las formas de conducir sus vidas.
Recientemente ha saltado a la prensa la negativa de una empresa farmacéutica internacional a seguir ofreciendo sus productos sino se saldan las deudas pendientes. Cuando con estas medidas se amenazaban a países “pobres” pasaban desapercibidas. Tampoco nos ofrecieron informaciones suficientes cuando se utilizan a los “tercer mundistas” como cobayas para experimentar futuros fármacos. Mientras no dispongamos de un derecho internacional suficiente para bloquear los genocidios y otros delitos, debemos recurrir a la ética, pero sin utilizar su nombre en vano, no porque le afecte la fama, ni porque sea pecado, sino por razones de justicia y dignidad. Recurramos a la voz de la ética, de modo que permita expresar los deseos y quereres de las personas con libertad y responsabilidad. No se deben enfrentar a las personas con los intereses estrictamente económicos de las empresas, pero las personas han de prevalecer sobre las empresas, también sobre sus especulaciones aunque sean “necesarias”. Si una empresa no se puede mantener con parámetros éticos más pronto que tarde debe desaparecer. La ética no debe ser considerada como un valor de cambio.

martes, 20 de septiembre de 2011

LA DEMOCRACIA INCLUYENTE

DEMOCRACIA INCLUYENTE
La democracia debe ser una organización de todos aquellos que muestren sin paliativos, ni engaños, voluntad de respetar las reglas de la democracia. Una democracia que excluya a problemas o ciudadanos que manifiesten voluntad inequívoca de ser demócratas, es una democracia inmadura y vacía, La democracia no sólo debe ser deliberativa; también ha de ser incluyente. La legislatura incluyente tendrá que incorporar, por derecho propio, a todas las voces disonantes, que puedan hallarse en la comunidad. Tendrá que garantizar que, tome en cuenta todas las consideraciones que resulten notorias, no sólo para un conjunto restrictivo de puntos de vista de privilegiados, sino para el entero abanico de las diversas perspectivas presentes en la sociedad. La técnica de mayorías y minorías no siempre da satisfacción total.
La crisis económica y financiera, de la que nadie puede escapar, impone una revisión de las prácticas democráticas. No estamos en condiciones de excluir a nadie, necesitamos el concurso de todos. En el nivel de las decisiones legislativa resultará necesario que pueda haber voces que tengan crédito al hablar de las preocupaciones y las opiniones de todos los grupos significativos, y que pueda obligar a que esas preocupaciones y opiniones entren en el foco de atención de los legisladores. La legislatura incluyente tendrá que incorporar por derecho propio, a todas las voces democráticas que puedan hallarse en la comunidad.
La democracia incluyente es hoy un salvavidas irrecusable para la sostenibilidad efectiva de la democracia. Las medidas adoptadas en solo los laboratorios restringidos excluyentes, no pueden garantizar que puedan satisfacer las necesidades de la sociedad. En el horizonte se vislumbran sacrificios que no podrán aceptarse sino hay una participación eficiente en la elaboración de las medidas adecuadas.
La democracia incluyente hace una referencia principal a medidas sociales integrales. El requisito de inclusividad se propagará en un buen número de criterios recomendables para la selección y estructuración del brazo legislativo. La ola de indignación que corre el mundo, tiene un centro dinamizador fundamental: la incapacidad de los parlamentos para atender a la solución de los problemas de todos los ciudadanos. Necesitamos de los políticos una mayor implicación en la construcción de una democracia integral, incluyente de todos los problemas sociales y no sólo de aquellos que afecten a determinados sectores. Las diversas medidas adoptadas hasta ahora sólo hacen generar desconfianza.

Moncho Ramos Requejo.

viernes, 16 de septiembre de 2011

GENERAR MIEDO

No solo las dictaduras gobiernan mediante el miedo. Todos los gobiernos se dedican fundamentalmente a montar la industria del miedo y la vulnerabilidad psicológica y económica de los ciudadanos. Al mismo tiempo crean istrumentos capaces de superar los mecanismos de autodefensa. Se ha creado la sociedad del miedo.. Se piensa desde el miedo; se actúa desde el miedo; se hace política desde el miedo. No sucede nada en nuestro día a día que no esté coloreado con este sentimiento de vulnerabilidad que nos hace vivir en vísperas de la catástrofe. No faltan los manipuladores profesionales que, a costa de lo que sea, se aprovechan de la debilidad de los ciudadanos para hacer valer sus pretensiones. El miedo se ha globalizado.
En el pasado, el miedo oficial, fabricado por el poder, actuaba en nombre de su modelo y ancestro cósmico. El condensado miedo oficial con sede en la misma sociedad ha sido desarmado y pulverizado, y el polvillo resultante de esa demolición se hace presente en la vida individual. El miedo fabricado, le ha llegado el turno de ser, a su vez mediado, bajo la forma de innumerables terrores individuales incluidos dentro de los repliegues sociales de inseguridad, incertidumbre y desprotección que evidencian en distinta medida y con distinto grado de franqueza, la fuerza inhumana del destino fabricado por el hombre.
Al individuo se le ha dado la libertad de crearse sus propios miedos, de bautizarlos a su antojo y de enfrentarlos a su modo. El gran miedo ha sido dividido en pequeñas unidades y privatizado. A ninguno de ellos se le ha dado la oportunidad de retrotraerse a su forma de gran opresión o grandiosa rebelión. El miedo se ha instalado en la privacidad de los hogares. Los sujetos con miedo tienen dificultades, a veces insalvables, para asociarse; cuando lo hacen no se reconocen unos a otros fácilmente. A esa dificultad de coincidir y converger, de mezclarse y combinarse, de unirse y de ser unidos se le ha llamado libertad individual.
En otros momentos y en otras latitudes el poder sigue generando miedo a través de la fuerza física. Los presupuestos dedicados a incentivar políticas represivas no han dejado de crecer. Pero al mismo tiempo se han desarrollado otras técnicas más sibilinas y con mayor capacidad de desrucción de la libertad de las personas. Se han articulado legislaciones “democráticas” para fortalecer a los Bancos, a los Funcionarios de hacienda, Agencia tributaria y hacerlos autónomos frente a las necesidades sociales. La lucha por una sociedad democrática no debe cesar hasta reconciliar esos poderes “autónomos” con los intereses de los ciudadanos. Con el miedo incubado por la sociedad sólo sentiremos su lastre de la libertad. El gran trabajo de la democracia supone superar el miedo al miedo generado por el poder.

jueves, 15 de septiembre de 2011

LAS RAICES DE LOS FANATISMOS

Muchos de los acontecimientos importantes en la vida de las personas y en la sociedad, tienen su origen en el fanatismo. Obedecen a perturbaciones psicológicas de uno o varios sujetos que deforman la percepción de la realidad social. Los agentes sociales del fanatismo son con los sujetos, los generadores de información deformadora de la realidad. Los medios de comunicación no se escapan a la capacidad de crear conductas fanáticas, como tampoco dejan de actuar en la creación de conductas psicológicamente sanas.
Recientemente en el Congreso de Teología Juan XXIII celebrado en Madrid, alertan del crecimiento del fanatismo en nuestra sociedad. Está claro que los fundamentalismos son un fenómeno cada vez más extendido y que se apropia de todas las parcelas de la sociedad, como puede comprobarse en el crecimiento de los partidos xenófobos, y de las conductas descalificadoras del disidente, en el fanatismo de los líderes políticos con la reafirmación de la exclusión del otro como práctica política. Aunque los fundamentalismos no están en la naturaleza original de las religiones, ni de la política, son hoy una de sus más graves patologías con terribles consecuencias.
Los grandes hitos de la investigación y del progreso, están ligados con la capacidad que han tenido los lideres, pero en el momento en que se han construido sobre concepciones fanáticas han dejado de tener futuro. La defensa de la lengua, de la nación, de una nutrición equilibrada, de una religión, de una profesión o de un laicismo deben ser consideradas como elementales para poder convivir en una sociedad equilibrada. Sin embargo por orden de planteamientos radicales excluyentes se convierten en detonadores de grandes explosiones y revueltas.
La salida a esta situación no es sólo el ejercicio del poder legítimo que se da por supuesto, sino cuales son las características del ejercicio del poder legítimo. Los detentadores del poder político son los funcionarios. Cómo se comportan los funcionarios de los distintos niveles. Se acepta la necesidad de la legitimidad para mantener una sociedad desarrollada, progresista, y cohesionada, la contestación antisistémica y en momentos fanática, surge como propia cuando existe una deformación interesada y deformante de la percepción de la realidad.

LA RENTABILIDAD DE LA EDUCACIÓN

Invertir en educación es un axioma para el socialismo de todos los tiempos; figura entre sus reivindicaciones centrales. También lo fue para el capitalismo avanzado muy distante de la visión feudalista de otras formas de capitalismo. La educación es un bien de inversión y, como tal, constituye una contribución relevante al desarrollo económico y social. La relación existente entre ambos puede ser analizada desde una doble óptica: i) la privada (análisis financiero), que compara los costos y beneficios directos a precio de mercado; ii) la social (análisis socioeconómico), en la que se consideran también costos y beneficios indirectos a precios de eficiencia,
El secretario general de la ONU hizo un llamamiento a los “académicos del mundo” para que dirijan su atención a los grandes problemas de nuestra sociedad. Compartir ideas y resultados de investigaciones puede ayudar a mejorar la situación. La difusión de los avances científicos forma parte de la inversión en educación. La Ley de Autonomía de centros debe servir, como la concepción Federalista de la Administración, para dinamizar el intercambio de información.
Es posible que lo que más urgen en la educación de nuestro tiempo sea la formación del pensamiento disidente. El pensamiento alternativo requiere su aprendizaje para ser efectivo. Separarse de la comunidad de la que uno es miembro, es algo difícil, requiere coraje, pero, también es extremadamente valioso cuando las sociedades atraviesan crisis con altísimos costes humanos. Son los disidentes, los indignados, los que ayudan a cambiar los enfoques de los problemas, los que proponen nuevos caminos y otras alternativas.
La educación del disidente requiere una atención personalizada, en valores muy específicos; incrementar y mejorar la capacidad de observación, la utilización de la riqueza, la solidaridad, el respeto activo a los proyectos de los otros, el compromiso con el país, con la justicia, con la democracia son condiciones necesarias para la obtener una educación rentable.
La educación se debe a un proceso de permanencia a lo largo de toda la vida de los ciudadanos. Ello requiere crear en los estudiantes una actitud de inconformismo con lo que se acepta sin análisis previo.
Moncho Ramos Requejo

LOS ENVIADOS

La historia de los pueblos a inoculado fuertes dosis de desconfianza para con los enviados y los profetas. El enviado creó el miedo cósmico como una segunda naturaleza. Los españoles tenemos a este respecto experiencias muy traumáticas tras aventuras irresponsables.
Los enviados suelen atrincherarse en una pretendida dotación para solucionar conflictos, resolver problemas y anticiparse el futuro. De este modo aparecen ante los ojos ingenuos como hombres providenciales. A los observadores no se les escapa una carga de misticismo. No dudan en presentar un amplio muestrario de soluciones en las que los ciudadanos encontraran remedios fáciles y con frecuencia falaces, para sus angustias. Ningún dolor escapará a su poder taumatúrgico.
La legitimidad establece ciertos principios y ciertas reglas que fijan atribuciones y límites del Poder. Es evidente que, si en este punto se consigue obtener un acuerdo razonable que dé satisfacción tanto al poder como a los súbditos, el Poder se verá liberado del temor a la revuelta siempre inherente a la obediencia forzada de los súbditos. Pero no faltan los enviados que se otorgan además de los poderes legítimos de los procesos democráticos otros poderes fruto de las circunstancias, de la manipulación de la opinión pública a través de la información interesada.
Los enviados con conciencia de tales, asumen otros poderes que no emanan de los procesos electorales democráticos. Crean un clima de miedo y de desastre. Este miedo que no es místico en sentido estricto es usado por todos los sistemas religiosos y políticos, para negar a las personas y su conciencia. Este miedo se convierte en algo oficial, el miedo en un poder humano que no es del todo humano, un poder hecho por el hombre pero más allá de la capacidad humana de oponerle resistencia.
El miedo oficial es diseñado, “hecho a medida”, se convierte en imperativo a través de una legalidad no siempre concordante con los procesos democráticos. Se crea lo que Bajtin llama “el crimen suprajurídico de todo poder”. La esencia del miedo político no es tanto la preocupación frente a un peligro inminente y concreto como la sensación de absoluta vulnerabilidad frente al otro. El miedo oficial es una réplica del miedo cósmico. El terror es creado como acompañante indispensable de las leyes. El enviado se ha convertido en torturador..

Moncho Ramos Requejo

viernes, 9 de septiembre de 2011

LAS OPORTUNIDADES DE LA CRISIS

Las disquisiciones sobre la actual crísis atiende más a lo que deja de ganar los más ricos y las grandes empresas, pasando superficialmente por la generación de pobreza que supone. La irrupción de los pobres es un acontecimiento que marcará el momento histórico. Los pobres, con nombres menos ofensivos, se han convertido en sujetos activos de su propio destino, iniciando un firme proceso que está cambiando el perfil de la sociedad.
Los grandes cambios sociales se suelen realizar después de confrontaciones bélicas. Ahora con la crisis que estamos padeciendo se nos brinda una oportunidad de avanzar en la construcción de una sociedad más dinámica e igualitaria pero bajo la responsabilidad de los poderes públicos.
Algunos de los políticos tratan de promover un “nuevo capitalismo”. Sin duda el modelo de sociedad que salga de esta crisis podrá estar más dominada por las exigencias de los especuladores. Quizá pueda imponerse la voluntad de todos los ciudadanos a través de procesos de elección democrática. No cabe duda que la salida que le demos a esta crisis no dependen totalmente de nosotros, sino de los poderes presentes.
En la salida de la crisis la educación desarrolla un papel decisivo. Pero estaríamos en un error creer que el tipo de educación que ha colaborado en la creación de la crisis nos ayudará a salir de ella. Necesitamos una educación más crítica, más experimental, más movilizadota de las viejas estructuras sociales.
El despilfarro, la inadecuada utilización de la riqueza, la especulación son unas de las bases fundamentales de la actual crísis. Enseñar a utilizar la riqueza debe formar parte de todos los programas de educación crítica. Las desigualdades no son sólo consecuencia de la cantidad de dinero que se posee, sino como de utiliza. La diferencia entre los que pueden aprovechar las oportunidades y los que están excluidos de los procesos de desarrollo aumentan cada día. Una quinta parte de la humanidad consume (y produce) las cuatro quintas partes de las riquezas mundiales. Este modelo de globalización es el deterioro de la suerte de las poblaciones vulnerables. El estudio de de los derechos humanos más elementales, de la opresión, de la falta de solidaridad, de la injusticia deben formar parte esencial de la nueva educación emergida de la crisis.

LOS VALORES EMBASADO

Cada sociedad mitifica y consagra determinados valores como propios e intransferibles. La sociedad capitalista ha permanecido fiel al consumismo como valor supremo. En diversos momentos integra variaciones como crecimiento sostenible, crecimiento cero, decrecimiento. Al mismo tiempo que genera valores propios promociona conductas. La escuela es el laboratorio de valores, conocimientos y comportamientos. Algunos autores la ven como una fábrica de valores embasados.
En este múltiple universo social de los pobres y marginados, las notas predominantes son, por un lado, su insignificancia para los grades poderes que rigen el mundo de hoy y, por otro, su enorme caudal humano, cultural y religioso, en particular su capacidad de crear nuevas formas de solidaridad, del papel de la autoridad para hoy..
No es fácil que podamos obtener respuestas eficaces de los valores embasados por el imaginario social dominante. Es necesario sustituir los valores antiguos por otros nuevos. Aquello que produce tanta marginación y pobrete merecen ser arrumbados. Modernizarse quiere decir desembarazarse de los valores embasados como dominantes.
.Los instrumentos de análisis de los valores varían con el tiempo y según la eficacia que han demostrado en el conocimiento de la sociedad y en la propuesta de las pistas de solución. Lo propio de la ciencia es ser crítica frente a sus supuestos y logros. Todo ello exige afinar nuestros medios de conocimiento y apelar a otros nuevos. No se trata de escoger entre unos y otros sino de encontrar aquellos propios de una sociedad más justa, sensible ante la pobreza, la marginación y a la conciencia liberadora.
Quienes afirman que el fallo es del "sistema" o quienes ven misteriosas maniobras detrás de cada revés político tienen poco que enseñarnos. Pero la disposición al desacuerdo, el rechazo o la disconformidad constituye la savia de una sociedad abierta. Necesitamos personas que hagan una virtud de oponerse a la opinión mayoritaria. Una democracia de consenso permanente no será una democracia durante mucho tiempo. Un círculo cerrado de opiniones o ideas en el que nunca se permiten ni el descontento ni la oposición pierde la capacidad de responder con energía e imaginación a los nuevos desafíos. El burocratismo en las organizaciones es la carcoma del progreso y de la estabilidad.

Moncho Ramos Requejo

lunes, 5 de septiembre de 2011

LA TRANSPARENCIA NECESARIA


Los políticos en muchas ocasiones ponen en práctica estrategias con las que se consiga asustar a los ciudadanos para que se tranquilicen los mercados. Se desarrollan así políticas obscurantistas y despectivas con los intereses de los ciudadanos.
España es uno de los cinco países de la Comunidad Europea que no regula el derecho de los ciudadanos a acceder a la información de los poderes públicos. Era un compromiso anunciado por Zapatero en 2004. Varias ONGs han presionado en este sentido. Pero nos quedaremos a la espera El acceso a la información no es una concesión, sino una obligación de la democracia; un instrumento eficaz para la acción de garantía democrática de los gobiernos y de los ciudadanos.
Además de sus programas, los políticos, han de ser juzgados por la voluntad política para resolver los problemas que genera el desarrollo de una sociedad progresista, moderna con calidad democrática. Pueden servirnos también para configurar nuestra elección, aquellos proyectos descabalgados de la acción política.
La transparencia es una condición irrecusable para la democracia. Los golpes de efecto de los dirigentes políticos, no tienen hoy el efecto que tuvieron en otros tiempos. La libertad de información es un valor tutelado por los tribunales al amparo de la Constitución. La opacidad no es un valor que la democracia haya de promocionar. Durante muchos años, los gobiernos, con un déficit democrático importante, han intentado generar desinformación. Así se facilita el trapicheo.
Conjugar la “confidencialidad” y la “seguridad” no deben ser barreras insalvables, aunque en sean de difícil acomodo. Sin un apoyo legal no podemos acceder a contratos obscuros de la administración. Si las administraciones públicas se resisten a poner en entredicho los principios de burocratización, algunas empresas han visto su regeneración con la introducción de principios desburocratizadores.

Moncho Ramos Requejo

domingo, 4 de septiembre de 2011

MICROFASCISMOS


La presencia de actitudes totalitarias y descriminatorios hace tiempo que han preocupado a politicólogos, educadores, profesores, padres y madres de familia víctimas de ideologías destructivas. Intentaron que se hiciera una campaña que advirtiera de las consecuencias de determinadas prácticas sociales, en apariencia inofensivas.
En la medida en que son mal percibidas, infravaloradas y separadas unas de las otras, todas las crisis son al mismos tiempo, crisis cognitivas. Nuestro sistema de conocimientos, tal y como se nos inculca y fija en la mente, conduce a importantes desconocimientos. Nuestro modo de conocimiento no ha desarrollado suficientemente la aptitud para contextualizar la información e integrarla en un conjunto que le dé sentido. Sumergidos en la sobreabundancia de información podemos construir una sociedad desinformada, vulnerable, incapaz de oponer un discurso coherente.
La reforma de la educación requiere entre otras muchas cosas, una reforma que induzca a educandos y educadores la creación de un pensamiento capaz de relacionar los conocimientos entres sí, de relacionar las partes con el todo y el todo con las partes, un pensamiento que pueda concebir la relación de lo global con lo local, de lo local con lo local. La educación de la reflexión, desmarcándose de la educación memorística, pero sin anematizarla, requiere un permanente retorno autoexaminador y autocrítico de la mente sobre sí misma, de su manera de conocer.
Si nuestras mentes siguen dominadas por una manera abstracta de conocer, al margen de la realidad, no debemos sorprendernos de que los ciudadanos se adhieran a programas políticos y sociales contradictorios con sus propios intereses. Un problema crucial del nuestro sistema educativo es la conquista de un pensamiento capaz de recoger el desafío de la complejidad de lo real. Sin un pensamiento vigilante no será posible enriquecerse con las relaciones, interacciones e implicaciones mutuas de los fenómenos multidimensionales de la globalización, de la solidaridad entre los pueblos. Los analfabetos del siglo XXI, son los que sabiendo leer e informática y varios idiomas,
y quizá licenciaturas, no saben aprender de su propia experiencia y de su entorno, y desaprender de las experiencias próximas o lejanas. Los microfascismos tiene una explicación epistemológica, no están superados y podemos convivir con ellos revestidos con oropeles.

Moncho Ramos Requejo

viernes, 2 de septiembre de 2011

MÁS EQUIDAD


La reivindicación de un impuesto progresivo deberá quedar para mejores tiempos. Poco importa que la razón fundamental del socialismo sea trabajar para conseguir un sistema social más equitativo. Las circunstancias, la crisis económica mandan otra cosa. Hemos de aplicarnos con decisión e inteligencia a la búsqueda de otras estrategias para llevar adelante los proyectos fundacionales del socialismo. Quizá lo que está en crisis no sea en realidad las ideas centrales del socialismo, sino la misma concepción del sujeto histórico capaz de desarrollar el socialismo.
Quienes reivindican una mayor austeridad, una mayor equidad, no son aquellos que tienen conciencia de sobrarles todo, sino los que sienten limitada su personalidad por la necesidad. El sujeto no es un producto mecánico de la sociedad, sino su creación mediante la educación. Se puede enseñar a vivir con lo necesario. Se excluye radicalmente el incremento constante de nuevas necesidades para ser feliz. La necesidad no viene definida por lo que se tiene, sino por la conciencia de lo que careces. La felicidad no viene dada por el uso abusivo de objetos, de emociones sino por la utilización racional de las cosas; por responder inteligentemente al pragmatismo social.
Están equivocados quienes reivindican una mayor capacidad de consumo para incrementar la felicidad, sin añadir una mejor utilización de los objetos y de los medios, que se consumen. Consumir sin aprender a discernir como lo que se consume contribuye a la propia felicidad y a la del resto de la sociedad, es fomentar la animalidad de los hombres y mujeres. Las ideologías desarrollan un papel decisivo en la educación. No se puede prescindir de ellas. Pero mientras una fomentan la socialización, la cooperación, el crecer conjuntamente, otros son los que establecen la competitividad, el deterioro de los otros para crear un sistema social mejor.
Lo útil y lo bueno, para ser éticamente responsables, ha de orientarse por una jerarquía de prioridades. El pobre, el oprimido, el marginado, el excluido, son los seres más amenazados de la sociedad; para con ellos la solidaridad. Pero hemos de activar una solidaridad responsable, que satisfaga las necesidades de forma jerárquica sin fomentar el consumismo. La primera revolución que han de llevar a cabo los partidos de izquierdas tiene un referente central: enseñar a consumir. Hacer práctico un pragmatismo social en el que la persona como ser integral equitativo y solidario sea el gran referente.
I


Moncho Ramos Requejo

IZQUIERDA REFLEXIVA


La indignación requiere algo más que ese primer impulso para resolver los problemas. Reflexionar es una actividad que ha de acompañar a la indignación si se quiere que esta no se quede en la inoperancia y en un exabrupto.
Los temas que producen hoy la indignación de los ciudadanos no son sólo coyunturales, sino que hacen referencia a estructuras con problemas enquistados y denunciados desde hace tiempo por economistas sociólogos y politicólogos. Son problemas soportados por la mayoría de los ciudadanos y generados por la organización de una minoría que ostenta el poder económico y político.
Uno de estos problemas y generador de multitud de otros no menores es la burocratización de la acción política. Puede considerarse como una patología administrativa en la falta de discusión y el exceso de centralización de los procedimientos priva de toda iniciativa y de todo sentido de la responsabilidad a quienes no pueden sino obedecer, mientras que un exceso de especialización aísla a cada agente, sin motivarlo a aplicar a los problemas su inteligencia.
La burocracia entraña como condición insuperable la organización de un grupo de ciudadanos en los que el perfil de la autoestima no es significativo; están destinados a obedecer, sin otra alternativa que esperar que se le promocione para hacer carrera.
La respuesta de la socialdemocracia a la crisis actual no se ha de realizar sólo en los horizontes de la economía financiera; debe comprender otros aspectos más fundamentales. Uno de ellos, muy fundamental es poner a disposición de la sociedad el enorme capital humano del que se dispone y que la organización burocrática minusvalora y desprecia.
Gran parte del déficit ahora reconocido, viene producido por el empleo de un enorme capital humano en bienes improductivos. La burocratización de la acción política es una de ellas. La burocratización genera irresponsabilidad, inercia y desinterés. La socialdemocracia daría el paso fundamental para salir de la crisis si se impusiese su desburocratización radical para salir de la crisis.

Moncho Ramos Requejo

martes, 30 de agosto de 2011

SOCIALISMO Y EDUCACIÓN


Las dificultades de la izquierda hoy para hacer sentir sus aportaciones no provienen solamente de la economía sino de un conjunto de factores de orden diverso. Hoy hay que descartar la construcción del socialismo desde guetos. Pero es un error capital pretender crear un sistema socialistas atenazados bajo
las leyes del capitalismo. Los pactos son necesarios y no podemos sustraernos a sus riesgos, pero es imprescindible estar atentos.
Desde las propias filas socialistas existe una clara conciencia de la falta de respuestas a los desafíos actuales. La socialdemocracia ha de buscar urgentemente respuestas a nivel local y a nivel global. De la izquierda se esperan nuevas luces para que la dimensión humana domine sobre el capitalismo y no al revés, como ocurre. Es necesario que el socialismo repiense su presente sin distanciarse de sus orígenes. El futuro debe pasar por prestar más atención al individuo y a su participación social. El futuro de la socialdemocracia exige desarrollar otros modelos de democracia participativa y deliberativa. Esta mayor atención al individuo constituye una de las bases del discurso socialista. Una sociedad en la que el Estado cuide a cada uno, lo que implica una revolución de los servicios públicos, que hasta ahora han funcionado sobre la base de reglas generales, sin encargarse de cada ciudadano. Ello no significa desarrollar el Estado paternalista, ni el Estado benefactor, sino el Estado que trata desarrollar una sociedad, cuyo centro sea lograr la igualdad de oportunidades a través de una educación integral, recuperadora del sentido de la dignidad de las personas. En este marco la didáctica Paulo Freire tiene plena actualidad.
Las relaciones sociales que establezcamos siguen siendo la gran inversión en la educación. El niño no aprende sólo por lo que le “digamos”, sino por lo que seamos capaces de hacerle vivir en libertad. La comprensión que un ciudadano tenga de las relaciones sólo puede brotar de las relaciones que ha vivido. La idea convencional de la educación que destaca la competición para obtener una personalidad social debe ser matizada en el sentido de que el desarrollo del ser cooperativo ofrece más seguridad y eficacia que el simplemente competitivo.

Moncho Ramos Requejo

TRANSPARENCIA Y BUROCRACIA


Las burocracias ayudan a la transperancia en las diversas gestiones de los gobiernos. Sin embargo la experiencia nos pone de manifiesto que esta realidad está muy lejana. Nos encontramos con modelos de burocracia crípticos que dificultan la comprensión de la realidad social y económica y hace imposible el funcionamiento de la Comunidad Europea como sociedad. La noticia de que las diversas autoridades europeas implicadas en la gestión de las finanzas han logrado un principio de acuerdo para hacer más inteligible la supervisión financiera en Europa no debería ser noticia. Tras forcejeos dilatados en los tiempos se ha logrado un acuerdo para dar plenos poderes a tres nuevas autoridades europeas para supervisar todas las actividades de bancos, cajas, compañías de seguros y sociedades de bolsa que operan en Europa. Las autoridades europeas podran intervenir los bancos con dificultades. El acuerdo implica la creación de tres autoridades europeas para prevenir situaciones de peligro.
Para que este acuerdo sea efectivo y no se quede arrugado en un laberinto burocrático se ha de promocionar una ideología de la organización dotada de normas comunes; para todos los miembros de la Comunidad Europea; los criterios sobre el capital, las infracciones y las sanciones serán iguales para todos los países por lo que habrá que armonizar las normas existentes. Las nuevas agencias podrán prohibir los productos o actividades que consideren arriesgadas como las ventas al descubierto o algunos seguros como ciertos CDS (Credit Default Swaps).
Las políticas de austeridad que vuelven a imponer los fundamentalistas no son,, verdaderas respuestas a la crisis como se quiere hacer creer a la ciudadanía sino todo lo contrario, son un programas de ajuste .
. Moncho Ramos Requejo.

lunes, 29 de agosto de 2011

LOS CAMBIOS PACÍFICOS


La revolución como método de cambio radical se ha demostrado como un proceso deficiente. Con demasiada frecuencia lo que se llama revolución consolida poderes que se intentaban destruir. La tesis de Gramsci entre otros del cambio gradual y cultural toma cuerpo. No siempre los pasos son hacia delante; desandar lo andado puede servir para revisar y consolidar posiciones. Los cambios obedecen a múltiples factores parciales de diversa índole
La promulgación de la Constitución de 1978 puede mirarse como un acto puntual, pero eso no refleja la realidad. Antes se sucedieron un conjunto de impulsos y negociaciones que la fuerza no pudo erradicar; incluso hubo gestos de abandono, para desenvocar en el pacto final. Sin duda una evolución tan rápida de la sociedad requiere reformas, pero eso no puede determinar la marginación de los ciudadanos del proceso de toma de decisiones. La participación cívica de los ciudadanos en el gobierno es un método de buena gobernanza, pero además un instrumento para la educación política. Más de 90.000 ciudadanos piden que se celebre un referéndum vinculante para decidir sobre la reforma de la Constitución.
La cultura política española está bastante distante de la necesidad de los cambios y del diálogo para promoverlos y poder así mantener la convivencia activa. Nuestra aversión al relativismo y al pragmatismo político nos hace adictos incondicionales del totalitarismo y al absolutismo. Es necesario desembarazarse de la burocracia y generar en la sociedad la necesidad de la no-dominación, y bloquear la interferencia de poderes extraños. Nada debe interesarnos tanto como la libertad. Pero cuando tratamos de conseguir un espacio y un tiempo en el que se pueda disfrutar del autogobierno aunque sea relativo, debemos asumir como una victoria el valor de los cambios graduales, de los acuerdos, del consenso.
La estrategia política para la libertad política viene de la mano de la ausencia de dominación. La libertad puede lograrse por la estrategia del poder recíproco o mediante, el control del poder cultural y administrativo. Poco puede consolar la libertad conseguida mediante procesos burocráticos torticeros. Así los cambios pacíficos se hacen difíciles. La oposición activa puede tomar diversas formas. Una de ellas, no menos importante, es el disentimiento, la no colaboración.
Moncho Ramos Requejo


domingo, 28 de agosto de 2011

HUMANISMO Y FUTURO


El socialismo tiene futuro en la medida en que asuma el humanismo moderno. El Estado de Bienestar obedeció a un pacto de la Democracia Cristiana y al Socialismo como medida de justicia social con el objetivo de poner freno a las ideas comunistas que amenazaban con dominar el mundo Occidental. Se impuso una visión humanista de la política y de la economía. Nos encontramos en una nueva etapa la del hundimiento del antiguo Estado de Bienestar y la posible refundación de otra manera de resolver los problemas de gobernanza. Los llamados mercados quieren obtener mayores dividendos. Pero en la tarea además de los mercados están implicados otros colectivos.
Sin embargo repunta una época en la que todos nos sentimos más obligados a ondear la bandera propia y a mirar a los otros. Es una síntesis de individualidad y cooperación. Lo saben los intelectuales de la opresión. Sería absurdo fingir que no vemos las diferencias físicas o culturales; pero dejaríamos lo esencial de lado, si nos limitásemos a las diferencias más manifiestas en vez de ir más allá, hacia la persona en sí con su individualidad. Se está imponiendo quizá con mucha lentitud el respeto a las personas y tratarlas como seres humanos sin restricciones, con derecho a hacer valer sus proyectos.
Sería un error pretender solucionar la nueva situación con sólo modificaciones de camerino. El mundo necesita más que nunca de organizaciones sociales de base, asentadas en las preocupaciones de los ciudadanos, reconciliadas consigo mismas. La forma de organización tradicional es insuficiente. No se trata únicamente de elaborar una nueva forma de funcionamiento económico y financiero, ni de corregir algunos desajustes manifiestos. Hemos de profundizar en el concepto de democracia activa e integral, capaz de mantener en el primer plano el sentido de las personas y de los pactos de convivencia. Los procesos moleculares de acumulación de capital en el espacio-tiempo generan revoluciones pasivas en sus pautas de comportamiento, pero las tensiones internas pueden dar lugar a configuraciones estables, al menos durante un tiempo. Sus límites son borrosos, pero los flujos que se entrelazan en ellas, producen la suficiente coherencia estructural como para impulsar los cambios necesarios para lograr una convivencia más humana en la que los ciudadanos disfruten de su condición de seres humanos activos, con preocupaciones.


sábado, 27 de agosto de 2011

SOLIDARIDAD CON EL ESTADO


Una de las palabras más usadas hoy es la de “solidaridad”. Pero . sorprenderíamos si pidiéramos solidaridad con el Estado. Los neoconservadores han tratado de debilitar el Estado. Procuran revolverlo contra los intereses de la mayoría favor de un conjunto de burócratas y aprovechados especuladores.
El Estado está lejos de cumplir los objetivos de optimización por el que tantos han luchado y luchan. La ciudadanía es un estatus que sólo puede existir bajo un régimen adecuado de derecho. Huelga decir que las leyes sólo hacen eso mientras respeten los intereses y las ideas comunes del pueblo frente a los intereses de los especuladores. Sólo en ese sentido el Estado es garante de libertad. Deben rechazarse aquellas definiciones de libertad que, haciendo esencial una libertad cívica que la experiencia muestra inalcanzable, inflaman expectativas incumplibes y enturbian el contento público.
La solidaridad de los ciudadanos con el Estado como bien público, requiere que el Estado los respete, en esta época marcada por la incertidumbre, la vulnerabilidad y la segregación social. Hay que considerar la inversión social en un Estado solidario como una exigencia para salir de la recesión económica, que en buena medida tiene sus raíces en la crisis social que estamos viviendo. Hay cambios y medidas de control que, si se planifican adecuadamente, ni perjudican la credibilidad del buen hacer de un Gobierno ni hacen sufrir a los ciudadanos. Albergo aún la esperanza de que haya cierta autocrítica y rectificación para continuar también con la esperanza de que una sociedad mejor es posible.
La desafección de los ciudadanos, el distanciamiento de las instituciones, del propio sistema político están siendo en la gestión de esta crisis más explícitos que nunca. Es el momento de alejarse de los intereses de los burócratas y arrivistas para poder mantener la solidaridad con el Estado de derecho. No es una tarea fácil, pero así garantizamos la libertad como no-dominación, como no-interferencia. Los mantenedores del falseamiento de la democracia tendrían demasiado trabajo para justificar sus errores. Necesitamos una regeneración ideológica que alimente el Estado solidario con los ciudadanos.

Moncho Ramos Requejo

jueves, 25 de agosto de 2011

SE PUEDE TENER UN PLAN


Acusar a una organización o a un partido político de que nos dispone de un plan, lejos de ser una acusación, puede convertirse en un elogio. La mayoría de los ciudadanos quizá se sintiesen cómodos al disponer de una “hoja de ruta” con la cual construir una praxis. Pero no siempre los proyectos pueden llevarse a la práctica; su cumplimentación depende de circunstancias no sometidas a la voluntad de los gobernantes, y a otros imponderables.
Nos interesa distinguir entre lo que es deseable en el marco de una práctica idealista y lo que es posible dentro del pragmatismo y del relativismo. Los idealistas ilusos lo tienen fácil: leen su pertinente Biblia ocasional. Y todo resuelto. Con esta fórmula no caben decepciones ni fracasos. No importan la voluntad de los ciudadanos. Tampoco resultan obstáculos insalvables las experiencias cercanas de otros países en circunstancias similares. Su Biblia circunstancial es terminante. Hay que seguir sus pautas.
Otros parten de supuestos diferentes. La investigación sociológica, económica y política invita a pensar que se ha de partir de un proyecto inicial muy abierto a la verificación y al contraste, pero que son las circunstancias, con frecuencia insondables las que pueden determinar lo acertado del análisis y la eficacia de las medidas. . El problema, sin embargo, no radica solamente en disponer o no de un plan, sino de los principios que presiden los diversos momentos de la ejecución del plan que las circunstancias hace posible. El Estado de Bienestar fue tratado desde siempre con grandes reservas por los partidos políticos poco orientados al bienestar social. Ha sido visto por los usureros de tantos aspectos de las relaciones sociales de los que se debe sacar una plusvalía. Lo miran como una sobrecarga para el aparato productivo. En consecuencia no puede sorprendernos constantes recortes prácticos del bienestar integral de las personas.
Tener un plan para gestionar las políticas sociales puede significar anteponer los intereses privados a los públicos, administrar lo público con criterios de intereses particulares, desposeer a los ciudadanos de los derechos fundamentales. En ese caso no deben existir demasiadas dudas: colocar el “piñon fijo la rentabilidad económica”. Sin mayores preocupaciones por la calidad de la medicina de la educación, del medio ambiente alardean de tener un plan. No necesitan demasiadas disquisiciones.


Moncho Ramos Requejo

martes, 23 de agosto de 2011

CONSTRUCCIÓN DE ALTERNATIVAS


Los jóvenes de los años setenta y ochenta ya no se sentían atados a su familia o a una identidad social (clase). Les parecía cosas de antiguos. La modernidad requería otros valores. Las buenas perspectivas de empleo les permitía planear su vida sin necesidad de repetir la trayectoria de sus padres o de buscar tempranamente un trabajo que prefigura su biografía. Se apostó por una formación más orientada a la productividad y a la acumulación de capital, como signo de mejores tiempos. Se desarrolló un fuerte sentimiento de autonomía individual carente de sentido de la solidaridad, que les llevaba a poner en duda los valores tradicionales o distanciarse de las normas sociales de carácter más jerárquico y a cuestionarse el principio de autoridad. Los diversos poderes sociales que podrían haberse opuesto a esa modernidad se sintieron alagados por el triunfo rápido del capital.
Ahora se trata reconstruir alternativas a esta herencia que ha creado improductividad en el mundo globalizado. Estaríamos en un error mantenernos en la idea de que se trata sólo de una crisis económica. Sin restar importancia a este aspecto se hace necesario buscar instrumentos para crear mejores alternativas en otros caladeros. Para los progresistas, la política democrática participativa es la manera de construir una mejor sociedad y el Estado es el instrumento clave de dicha tarea. Para reformar el Estado, se hace necesario creer en el Estado como garante del progreso y del bienestar de la mayoría. La práctica de debilitar el Estado, alimenta fundamentalmente las iniciativas individualistas monopolistas antítesis de preocupación fundamental de la solidaridad.
Los políticos han de ser los más interesados en ser solidarios con el Estado. El primer objetivo de la solidaridad es la defensa de las individualidades hasta formar una comunidad cohesionada y articulada por el Estado garante de libertad positiva. La solidaridad requiere que los ciudadanos tomen parte activa en el control y en el dominio de su ciudadanía: el yo con el que ellos se identifican tiene que tomar a su cargo los “yoes” menores o más parciales. El ciudadano es positivamente libre en la medida en que se consigue el dar a la vida un sentido de cooperación y de solidaridad, de no dominación. Es posible tener dominación sin interferencia, y al revés, interferencia sin dominación.


Moncho Ramos Requejo

viernes, 19 de agosto de 2011

LA ECONOMÍA DEL ESPACIO


Para no pocos políticos el nacionalismo es la resultante del proceso de acumulación del capital en un espacio y un tiempo determinado. Para otros esa acumulación es un momento de la solidaridad con otros espacios y otras gentes, sin exclusiones ni sectarismos. Los defensores del socialismo en un solo país no lo entendieron asi.
El intercambio de bienes y servicios supone casi siempre luchas para el dominio. Se concreta desde un principio, una red de movimientos espaciales e ideológicos, que configuran una geografía propia, expresión de la interacción humana. Estos movimientos se ven frenados o incentivados por los intereses del capital. Dejan huellas como manifestaciones culturales de todo tipo, siempre exaltadores del espacio propio en detrimento del valor integral de las personas, del diálogo y de la comunicación. Las divisiones territoriales e ideológicas del trabajo surgen de esos procesos de intercambio de riqueza en el espacio. La deslocalización de las “empresas” es una consecuencia de esta concepción de la economía del espacio. Una adhesión del pragmatismo inmediato a la ideología dominante muestra la falta de ideología social de algunos nacionalismos.
La sacralización del espacio, el dominio del hombre por el hombre, la exclusión del no adicto, lo tiene fácil en esta organización del trabajo, donde priman los valores del territorio, de la productividad y de la eficacia, al margen de los compromisos éticos.
Esta forma de competencia se debe en primer lugar a las exclusiones derivadas de la unicidad de la localización. La ubicación espacial siempre confiere ventajas monopolistas. Nadie puede defender otra cultura, otro idioma al margen del monopolio. Ha de prevalecer lo enclavado en el espacio nacional.
Aunque la teoría abstracta del capitalismo (también el neoliberal), por el control monopolista, invoca como fundamental la competencia, los nacionalistas en su versión más popular procuran afianzar ventajas monopolistas porque éstas confieren seguridad, calculabilidad y una existencia, en general, idílica para unos pocos. La riqueza que pudiera proporcionar la concurrencia de “otros” está constreñida a la oportunidad de la ocasión.
En algunos casos el poder monopolista se hace lo bastante fuerte como para inhibir el dinamismo espacio-social de las fuerzas y movimientos sociales; se fomentan fuertes tendencias hacia la inercia y el estancamiento de las relaciones sociales. La búsqueda competitiva del lucro se ve contrarrestada por el establecimiento de poderes monopolistas en el espacio nacional. De tales centros emanan típicamente las prácticas imperialistas arropadas bajo una forma de nacionalismo. Para no pocos sociólogos el nacionalismo monopolista es una forma de imperialismo


Moncho Ramos Requejo

LOS ESCEPTICOS

LOS ESCEPTICOS
Lo acuciante de la situación social y económica, debería suscitar como en otros tiempos una contestación social fuerte, sin embargo los estudios sociales muestran la generalización de una actitud escéptica por parte de la mayoría de la población, fruto en gran manera del descrédito en las decisiones de las políticas actuales. La actual crisis nos ha puesto de de manifiesto la debilidad de algunos de los principios en los cuales nos habíamos afirmado y construido. Tenemos miedo de todo y de todos: de los que quedarnos sin empleo, con una bajada de las pensiones, sin seguridad, sin capacidad para oponerrnos a cualquiera de las políticas de recortes y de falsa austeridad..
Lo fundamental consiste en comprender que la crisis puede tanto aplastar a quienes pretenden construir un mundo nuevo como reforzarlos en sus proyectos. No podemos limitarnos a decir únicamente que la crisis hace desaparecer a los actores sociales. Las soluciones populistas pueden ahondar más profundamente en el escepticismo de los ciudadanos. Se han de buscar propuestas realistas, creíbles, orientadas a generar el máximo de confianza. Los proyectos no se realizan solos. Se necesitan las personas sensibles. El mayor peligro para nuestra democracia hoy es el no creer. Esa incredulidad nos aleja de la participación política. Se han taspasado diversas líneas rojas sin que haya una explicación suficiente; nos quieren hacer cómplices de la difusión de mensajes falaces con un lenguaje saturado de equívocos. La crisis no hace desaparecer la conciencia política, sino que separa cada vez más la vida política, confusa e impotente, de las sensibilidades, las iniciativas y los discursos que se desarrollan en la sociedad civil, sin conseguir darse una organización política. Por un lado la masa económica de los especuladores y por el otro la protesta contra la violencia de los Estados, y la lógica inhumana de la organización económica global nos aleja de la esperanza. No podrán así formarse nuevos movimientos sociales y transformar las instituciones políticas; se necesitan pasos hacia la compasión y solidaridad. Solo a partir de la transformación aceptada de los elementos principales de la vida social se pude colaborar para la construcción de los vínculos sociales y personales. En la idea del sujeto moral como principio es imprescindible para reorientar la actividad cívica de los ciudadanos; su primer tarea es la denuncia de los detentadores del poder, de moldearlos según sus convicciones y sus intereses. Salir del escepticismo de la rutina es la condición imprescindible para reorientar la convivencia
Moncho Ramos Requejo

miércoles, 17 de agosto de 2011

TODO SE PUEDE ARREGLAR


Una de las estrategias de los “tremendistas” y totalitarios, es presentarnos los momentos de crisis como fracasos totales. y absolutos; nada más lejos de la realidad. En la sociedad, salvo la muerte, todo tiene un arreglo, y con frecuencia satisfactorio, para la mayoría. Todo se puede arreglar si existe sentido de la solidaridad entre lo ciudadanos y los estados, el diálogo en el mundo de la globalización.
Los enemigos del arreglo, son el empecinamiento en posiciones irreductibles. El político, para ser merecedor del nombre de tal, ha de partir de su autonomía y de su capacidad para jerarquizar los valores entre los que ha de primar lo público frente a lo privado.
Una sociedad para ser autónoma necesita individuos y grupos autónomos; los individuos sólo pueden ser autónomos en una sociedad autónoma, libre de prejuicios y de posiciones inamovibles. Esta circunstancia arroja dudas sobre las preocupaciones de la teoría política en general y sobre la teoría de la democracia en particular, con sus postulados de la separación entre lo público y los privado, mutuamente independientes. El centro de ambas teorías debería estar ocupado por el vínculo, la mutua dependencia y la comunicación entre el terreno de lo público y el de lo privado. El Parlamento es el espacio en donde han de entenderse los dos extremos. Sin la vida parlamentaria, con todo lo que ello significa, los proyectos políticos y económicos serían imposibles.
El Parlamento puede ser atacado de dos maneras: poniendo en peligro su integridad y distorsionando o socavando el papel que desempeña, y provocando la retracción de la autonomía de la sociedad en su conjunto y de sus miembros individualmente. El totalitarismo en sus diversas versiones prescinde de la humanidad de los ciudadanos. El individuo se convierte en número; el sistema no necesita que el individuo piense y se defina.
No siempre los parlamentarios se aceptan en su condición de tales y sufren una metamorfosis propia; olvidan su condición de servidores del bien público. Los ideólogos son los habitantes más audibles y vociferantes del parlamentarismo moderno; ese espacio social donde las preocupaciones privadas se debaten para elevar al rango de asunto público y donde los pronunciamientos de los poseedores, reales o potenciales, del poder luchan por cobrar soluciones satisfactorias para la mayoría.

Moncho Ramos Requejo

lunes, 15 de agosto de 2011

ADEMÁS DEL ESPECTÁCULO


En la sociedad de la información, el espectáculo es un elemento fundamental. Confundir el espectáculo con el mensaje, deteriora a ambos y hace inoperante el contenido de lo que quiere comunicar o evidencia lo que en realidad no se desea transmitir.
Ellacuría asesinado en El Salvador junto con otros cinco jesuistas y dos integrantes del personal del servicio doméstico, citaba con frecuencia el texto de Mateo 25.31ss. Constituía para él, junto con las Bienaventuranzas y de Lucas, la síntesis del mensaje bíblico: “A mí me lo hicisteis”. Este texto pone de manifiesto dos cosas: la relación del hombre con Dios, es imposible sino pasa a través de la comprensión del hermano, de los “otros” . En segundo lugar, esta relación no depende del grado de conciencia del amante, sino del simple hecho de amor comunicativo, del sacrificio por los otros, sin discriminación de ningún tipo. Cuando en la vida hay algo liberador eso también puede ser cristiano; y cuando es cristiano debe ser liberador, aun cuando los protagonistas no se confiesen cristianos.
La liberación de los hombres y mujeres, debe ser integral, pues incluye a todos, sin mirar el género, la raza o la procedencia. No se trata de investigar el tipo de esclavitud. Todo tipo de esclavitud es mala en sí misma. Liberar a quien vive atrapado en alguna red, sea cual sea la que le oprime. La necesaria liberación política y económica, ha de generar además, otro tipo de liberaciones como la espiritual y la religiosa. Se trata de reivindicar al individuo autónomo frente a las diversas mediaciones. El pobre ha de ser liberado de la pobreza, pero no es menos urgente liberar al rico de su riqueza para que sepa compartirla. La dependencia de la riqueza hace de los hombres y mujeres, seres estériles frente a las necesidades universales de la vida.
El espectáculo dejaría serlo si se circunscribiese a un conjunto de formas estereotipadas, alejadas de los contenidos del mensaje liberador. Además de los millones de jóvenes y no sólo ellos, que se congregan alrededor de unas creencias, de unos ideales, de la utopía de la fraternidad universal, es obligado colocar en primer término, los sufrimientos de aquellos que viven atenazados por la pobreza y la miseria. La fe no puede encerrarse en la fe. Ha de ser compartida con los que creen en las personas en las cosas, en los movimientos sociales, en las instituciones.

domingo, 14 de agosto de 2011

DERROTAR LA VIOLENCIA


Tanto en las discusiones que se ganan, como en las que se pierden, es importante saber administrar los resultados. Nunca hay victorias absolutos, ni derrotas totales. Siempre deben quedar fuerzas para el perdón y espacios para recomponer ideales y seguir en paz. La guerra siempre es una situación resultante de la falta de diálogo. La derrota de la violencia, no debe suponer otra modalidad de violencia, sino la instauración de convivencia en paz
La derrota se manifiesta de diversa manera en el campo político, económico y social. No se pueden aplicar las mismas estrategias en todos los campos `por igual. Si la victoria se reduce estrictamente al ámbito policial y siguen vivos los otros campos, no cabe duda que han de ser derrotados también en esos ámbitos.
La batalla ha de centrarse en la acción política. Ninguna política es absoluta, sino que ha de tener conciencia de su relatividad. Aceptar la relatividad de toda política implica un cuestionamiento permanente, una reevaluación de todos los juicios, así como de los fundamentos que dan lugar a esos juicios. La validez de facto es producto de la inercia institucional que se enfrenta la incisividad de la razón; la validez de facto es una premonición del fracaso. Solo la validez de derecho, que es producto de la reflexión y de la deliberación y que sabe que es eso y nada más, puede ser honrada por una sociedad deseosa de durar en paz. La validez de derecho es siempre viable y exuberante gracias a la aceptación de su propia temporalidad e impermanencia.
La búsqueda de la validez de derecho exige una reflexión crítica acerca de todas las cosas y que debe incluirla. La reflexión crítica está guiada por la necesidad de examinar la validez jurídica de las instituciones y significaciones humanas. No está determinada de antemano, por ninguna consigna previa. La ética de los fines no debe ser compartida. La reflexión crítica es la esencia de toda política genuina, diferente del ejercicio del poder. La política es un esfuerzo efectivo y práctico destinado a someter las instituciones. La democracia es un especio de reflexión crítica, cuya identidad distintiva depende de esa reflexión. La política es una actividad lúcida y explícita que se ocupa de instaurar instituciones deseables y la calidad de vida posible. Esta autoinstitución de la democracia es un movimiento incesante. No se propone una sociedad perfecta, sino más bien una sociedad que sea tan libre y justa como sea posible.

viernes, 12 de agosto de 2011

CUANDO EL SOCIALISMO ES HUMANISMO


La historia de la humanidad es el cúmulo de esfuerzos de los hombres y mujeres. Algunos valores cambian con el proceso civilizatorio y otros permanecen. Hubo un tiempo en que la religión, por ejemplo, tuvo por inhumano a la ciencia que se atreviera traspasar la frontera de una hipótesis que podía hacerse teoría tan pronto el laboratorio de la práctica social la comprobase. Lo estoicos, por su parte, creyeron que la pasión o todo deseo resultaba una alienación de la pura razón. No ha sido fácil llegar a una verdadera concepción que nos clarificara, científicamente, lo que venía siendo humano y lo inhumano en un mundo de violentas contradicciones. Uno de los principios del socialismo de todos los tiempos es crear las condiciones sociales para que todos los hombres y mujeres asuman el humanismo integral. Cada persona debe tener su espacio y su voz y ha de ser reconocido como tal persona. No siempre lo ha conseguido. En demasiadas ocasiones ha pasado de ser crítico de la inhumanidad del capital a su servidor.
La función del socialismo en todas sus manifestaciones, es indispensable para la humanización de la sociedad; pero ha de sufrir una labor catártica permanente, redefinir su teoría y su práctica. Querer representar a los más débiles, a los más vulnerables, promocionar a los más productivos, desarrollar estrategias de arrastre y de consenso, tiene dificultades que se han de abordarse desde planteamiento globales e integradores. Cuando el socialismo no ha acertado con sus compromisos fundacionales, no sólo los socialistas han tenido muchas dificultes, sino que las situaciones difíciles ha afectado a todos.
Hay poca necesidad de individuos con capacidad de decisión interna y un mismo estilo de vida para todo. Una persona con esas características resulta estrecha, parroquial, inflexible. Hay que alimentar un movimiento de solidaridad promovido por todos porque a todos afecta. La red es basta, los compromisos son muchos, las expectativas son infinitas, las oportunidades abundan y el tiempo corre contra nosotros. La personalidad pastiche es un camaleón social que constantemente toma prestado fragmentos y partes de identidad de cualquier advenedizo El socialismo es la salida y la voz cuando es un humanismo y no un capitalismo aunque sea benfactor. El socialismo es fundamentalmente la posibilidad de desarrollo para todos.

Moncho Ramos Requejo

jueves, 11 de agosto de 2011

ESTANCAMIENTO SOCIAL


El estancamiento social es una causa y una consecuencia de la actual crisis. Nadie tiene la barita mágica para superarla. Faltan los instrumentos tradicionales y hay que buscar otro nuevos, innovadores, reformistas unas veces, y otras rupturistas. Pero sino sabemos salir de la crisis debemos conocer las prácticas que nos entierran en una crisis permanente. Sin la desconfianza el actual sistema todas las soluciones son inadecuadas.
La debilidad del consumo y la falta de inversión es una de las causas de la crisis, pero al mismo tiempo son efectos. A falta de explicación suficiente se trata de crear un clima de confianza en el que se pueda construir un nuevo orden. Algún político en su día habló de refundar el capitalismo. Es una verdad aceptada, que ni el sistema socialista en cualquiera de sus versiones, ni tampoco el capitalista, serán los mismos después de esta crisis.
La codicia sin límites, está en la base de la actual crisis; pero la debilidad de la acción política, determina que lo que en otros tiempos fue el motor del desarrollo sea hoy un peligro para el mismo desarrollo capitalista. La política de los diversos partidos ha estado carente de un sentido real de la solidaridad; se la ha comercializado; no se han articulado mecanismos efectivos para desarrollar redes de acción en las cuales “el otro” con independencia del color y de la extracción de clase, forme parte fundamental del desarrollo social. Al contrario se ha creado una visión del principio de autonomía con una consecuencia clara: mitificar al individuo aislado, insolidario.
La tendencia totalitaria tiende a volver superfluos lo que hay de humano en los humanos. El objetivo no es impedir que los individuos piensen, sería imposible incluso en los más altos niveles de fanatismo y de sectarismo, sino, tornar ese pensamiento impotente, irrelevante y carente de toda consecuencia en lo referido al éxito o fracaso del poder. Si hemos prescindido del humanismo de de los hombres y mujeres, no debe sorprendernos el acrecentamiento de la inhumanidad de la sociedad actual. Los ciudadanos no tienen nada que decir cuando se prescinde de ellos. Bajo el nuevo capitalismo los ciudadanos perdieron los recursos para pensar de forma autónoma.

Moncho Ramos Requejo

LA DESINFORMACION


En una sociedad aparentemente abierta, no sometida a los principios deontológicos, sino a la ética en la que todo vale si nos lleva a los objetivos propuestos, el mundo de la información se convierte con frecuencia en desinformación. Los técnicos de los medios de comunicación de masas se especializan en deformar la realidad. Nos proponen como interesante lo baladí y lo superfluo. Así no puede extrañarnos que en este mundo se persiga con resolución, la creación de conductas sectarias y marginales.
La línea de demarcación entre convencer y persuadir es sutil y los matices siempre serán imprecisos. La primera se acerca a la demostración, mientras la persuasión está orientada más a las zonas implícitas de consciencia. Si la argumentación trata de tener validez general, tiene que valer independientemente de los sentimientos y de la situación y de los sujetos a los que se dirige. La argumentación sigue un proceso de razonamiento explícito pero también atiende a los factores latentes y sobreentendidos.
Cualquier tipo de información pude llevarnos a una inferencia. El mosaico de informaciones en su devenir sugiere conclusiones lógicas que arropados convenientemente generan sentimientos. Cualquier análisis del contenido informativo nos conducirá irremediablemente a una conclusión: en todo mensaje de comunicación de masas existe un sistema ideológico que constituye una red de categorías de codificación de lo real, propuesta todos los días en cualquier medio. La ideología es imprescindible en toda comunicación de masas porque no existe una transformación automática de la verdad en noticia. No existen instrumentos técnicamente asépticos, capaces de sistematizar mecánicamente toda infinidad de matices y valores con que pueden interpretarse la evolución de la realidad cambiante de los acontecimientos, El diagnóstico ideológico de las informaciones, consiste en descubrir la organización implícita o no manifiesta de los mensajes.
Es necesario informar, pero la forma de informar, no debe conculcar los principios de la ética deontológica. No está amparado por ningún principio de ética política e informativa, tratar de organizar nuestra percepción de la realidad social de forma interesada, el mundo de los jóvenes y de los ancianos y retirarles la protección social a que tienen derecho.

Moncho Ramos Requejo

martes, 2 de agosto de 2011

EL DEBER DE ESCUCHAR

Los Congresos de los partidos políticos pueden servir para significar un continuismo o una ruptura con la línea política general. Congresos como en el que Felipe González renunciaba al marxismo, supuso un distanciamiento de la tradición del socialismo español. Pero estaríamos en un error, pensar que se pudo crear ese Congreso rupturista sin un fuerte debate en el interior del Partido.
Pensar en un momento rupturista hoy, dentro del Partido socialista no es una tarea descalabrada. Una pérdida de votos tan significativa como ha supuesto las elecciones del 22-M requiere un análisis profundo de la práctica socialista de los últimos años. No deben estar implicados en el debate, solo los dirigentes destacados, sino todos aquellos que se sientan afectados por lo que significa socialismo; la situación nos afecta a todos; no se puede volar con un ala sola.
No resulta difícil suscribir muchas de las reivindicaciones de los jóvenes que ahora mismo se concentran en torno al movimiento del 15-M. Subyace no el deseo de suspender, paralizar o destruir el sistema, considerado éste del modo más general, como un conjunto de principios y valores donde pueden reconocerse los argumentos del Estado de Derecho y del Bienestar, de la democracia representativa, y de la convivencia solidaria y cívica. Se trata de rehabilitar las prácticas políticas que animan nuestro sistema. Recuperar valores fundamentales que permitan a los ciudadanos refundar la confianza en la cosa pública y en la política.
Entiendo que en el espíritu del 15-M se encuentran expresadas muchas de las inquietudes políticas de toda la sociedad y no sólo de un grupo de jóvenes. Confía en la capacidad del sistema para refundarse. Pero es preciso escuchar. Reflexionar, antes de hacer. La Conferencia política no puede ser el oasis sino el núcleo dinamizador de la práctica política. En la virtud de escuchar y reflexionar no hay ninguna propensión a la melancolía, ni a la parálisis depresiva. En la conversación no hay tampoco ninguna concesión al despilfarro. La disposición a escuchar, a procesar inteligentemente las situaciones y sus mensajes y a interactuar racionalmente con ellos, es condición irrecusable y previa para la acción. Es la hora de actuar a favor de una política en la que los otros no sean la mercancía sino las personas que tienen capacidad para regenerar el sistema.

Moncho Ramos Requejo

domingo, 31 de julio de 2011

LA COMPRENSION DE LA CRISIS

Salir de la crisis es una necesidad para el capital y para los trabajadores que tanto la sufren. Permanecer mas tiempo en ella puede suponer un deterioro irrecuperable del sistema democrático y dar paso a medidas totalitarias. El capitalismo necesita libertad para competir y crear; el proteccionismo y la autarquía en cualquiera de sus formas, lo anquilosan.
La ultraderecha económica no es la causa directa de la crisis, pero puede ser la única y gran beneficiaria de ella. Además la crisis puede dar pie a unas prácticas sociales, morales, y culturales que hipotecan la libertad empresarial, las iniciativas sociales. Quienes aumentan el poder en este escenario no son las instituciones democráticas; aparecen organizaciones paralelas esterilizantes de la acción democrática; las agencias de calificación cuyo único objetivo es favorecer la especulación destruyen el poder del Parlamento
Algunos sectores de la ultraderecha presentan como la causa de la crisis la incapacidad del sistema democrático para motivar los efluvios de la economía. La burbuja inmoviliaria no nació con el Presidente Zapatero, su partido heredó la deuda electoral; otros fueron beneficiarios del caso Gurtel. Algunos partidos de derechas, nacionalistas o no, que hoy aparecen como espectadores puristas ante los cantos de la especulación, no estarán quietos eternamente ante las fuerzas populistas, claudicarán indefectiblemente ante sus apaños. Con frecuencia se verán avocados a reducir el debate democrático a gestos inexpresivos. Serán máquinas de votos electorales y de distribución de poder.
Las ideas ultraderechistas encontrarán en poco tiempo justificación y se transformarán en grandes organizaciones capaces de bloquear y entorpecer la vida parlamentaria. La consiguiente descomposición de la comunidad social encuentra su correlato en la fragmentación de la vida de cada una de las unidades constitutivas. Los individuos son reducidos a una mera secuencia de experiencias instantáneas que no dejan rasgos, o si los dejan son rastros aborrecibles por irracionales, superfluos. Nunca lo público se confunde tan fácilmente con lo privado.
Arendt afirma que el imperialismo surgido hacia finales del siglo XIX es la primera etapa de verdadero dominio político de la burguesía

sábado, 30 de julio de 2011

MOMENTO DE REFORMAS

Los políticos se presentarán a las elecciones del 20-N con un programa de nuevas reformas. Cabría preguntarse a quien beneficiaran dichos cambios. La estrategia de “tierra quemada” practicada por la mayoría de los políticos pone de manifiesto el vacío político existente y la incapacidad para promover una sociedad más igualitaria y cohesionada. El “ejército de parados“ promovido por los teóricos de la primera revolución industrial ha de dar paso a otros modelos de sociedad en el que garantice la productividad de todos los ciudadanos. En estos últimos años ha aumentado la pobreza material de los ciudadanos. Los ricos se han hecho más ricos y los pobres más pobres. Han aparecido en los comedores de Caritas caras que nunca nos los hubiéramos imaginado.
Para mantener el sistema democrático coherente y cohesionado, se necesita un horizonte cargado de utopía y pragmatismo. La socialdemcracia, hasta ahora refugio del pensamiento de izquierdas, ha de ser resituada ante el nuevo espacio político que nos han dejado las insuficiencias de la Tercera Vía. La Izquierda reactiva debe dar paso a una Izquierda activa capaz de integrar a la sociedad de los marginados y descontentos en un bloque constructivo capaz de pactar con todas las fuerzas sociales una sociedad garantista de los derechos sociales y políticos básicos. No son los poderes financieros los grandes actores de esta crisis, los que nos sacaran de ella, pero han llegado a un límite que la situación no les favorece en sus planes de desarrollo. Les interesa más un poder productivo activo que una invasión de descontento avocado al desequilibrio social.
La polarización izquierda/derecha ha dejado abierto un espacio para el activismo extrasistémico que pone de manifiesto la presencia de otros valores no coincidentes matemáticamente con lo económico. El poder político consta siempre de una mezcla inestable de coacción, emulación y ejercicio del liderazgo mediante el consenso. Pero el consenso no debe significar la renuncia palmaria a derechos fundamentales. Para no pocos defensores del capitalismo consenso significa entreguismo. La Constitución no dudarán en considerarla papel de otra época.

miércoles, 27 de julio de 2011

EL POLÍTICO DOMINANTE

Hegemonía es un concepto muy socorrido por los marxistas clásicos. Acuñado por Gramsci fue utilizado de forma ambigua como para permitir múltiples interpretaciones. A veces se refiere únicamente al poder político ejercido mediante el liderazgo y el consentimiento de los gobernados como algo opuesto al poder político ejercido como dominación mediante la coerción. En otras ocasiones parece referirse a la combinación particular de coerción y consentimiento necesario para el ejercicio del poder político.
La supremacía de un grupo social se manifiesta de dos modos como “dominación” y como “liderazgo intelectual y moral”. Un grupo social domina a sus antagonistas, a los que tiende a “laminar” o a sojuzgar. No duda en utilizar la fuerza intelectual y moral o si fuera necesario la física. El grupo social dominante se convierte en “modelo”, que otros imitan y a los que arrastran a su propia vía de desarrollo. Esto puede realzar el prestigio y en consecuencia el poder, del grupo dominante. Pero en la medida en que la emulación tenga éxito, tiende a contrarrestar y, por lo tanto a disminuir más que a aumentar el poder del grupo hegemónico haciendo nuevos competidores y reduciendo la especificidad de ésta. Por otro lado, el término “liderazgo” se emplea para designar el hecho de que un grupo dominante conduzca al sistema del grupo en la orientación deseada, siendo percibido ampliamente como portador de un interés general. El liderazgo en este sentido aumenta el poder del grupo dominante.
Un corolario importante de este argumento es la relación entre poder distributivo y poder colectivo. El interés por crear un grupo que distribuya ideas y prácticas políticas
y que se convierta en poder colectivo, suele encontrar enormes dificultades; son muchos los que mueren en el intento. Los problemas no se resuelven sólo con buenas intenciones. La verdadera hegemonía implica el uso del liderazgo para crear un juego de suma positiva en el que todas las partes se beneficien mediante la consecución de un mayor poder colectivo, frente a los otros alternativos o contiguos. La acumulación de poder colectivos es la única base sólida para el establecimiento de la hegemonía. Los políticos sin liderazgo tienen una enorme incapacidad para crear la dirección política. Los Congresos y las Conferencias Políticas se convertirán en taller para los orfebres del navajeo y de la inconsistencia. Atrás quedan las discusiones políticas para fumigarlas con el producto de alta tecnología como es el fulanismo y el chalaneo de los principios.

martes, 26 de julio de 2011

DINAMITAR LO PÚBLICO

El futuro de la sociedad está marcado por la capacidad para reformar la vida de los ciudadanos. Nuestras vidas se ven disminuidas por el exceso de prosa dedicado a desarrollar lo privado y denigrar lo público. Son tareas impuestas por los poderes fácticos y no fácticos. No procuran ninguna satisfacción vital. El cultivo de lo público florecen en la solidaridad, en el compromiso, en la entrega a los ideales de la trascendencia de lo inmediato. La salida de situación de dominio de lo privado sólo la encontraremos en el desarrollo de lo público.
El desarrollo de la psicología moderna, fue establecida sobre la creencia de la comprensión de los trabajos internos del “yo”. Multitud de personas están comprometidas como nunca con sus singulares historias vitales y emociones particulares; ese interés ha demostrado ser una trampa más que una liberación. Convivir
es salirse de si mismo, desbordarse y estar vitalmente presente a los demás, formar cuerpos con ellos; es presenciabilidad física y espiritual de la vida de cada cual dentro de la vida de los demás.
El impacto del capitalismo industrial ha desgastado el sentido de la vida pública como una esfera moralmente legítima, la nueva secularidad desgasta esta esfera; desarrolla lo privado frente a los intereses de lo público. Lo público viene a significar una vida que transcurre fuera de la vida de la familia y de los amigos cercanos. En la región pública los grupos sociales complejos, distintos habrían de llegar a un contacto indefectible. Los poderes son consciente de que sino se desarrolla lo público, el individuo-átomo el individuo-masa, está condenado a ser un juguete de los intereses inconfesables en manos de los fuertes. Riesman lo ha descrito brillantemente en la Muchedumbre solitaria.
La paradoja de visibilidad de lo espectacular y el aislamiento que tanto obsesiona a la vida moderna, se origina en el derecho al silencio que impusieron las prácticas de la moralidad del totalitarismo. El aislamiento en medio de la visibilidad de los otros, es una consecuencia lógica de la insistencia en el falso derecho a guardar silencia ante la injusticia y la ignominia. El individuo insertado en un alto desarrollo de lo público no puede encasillarse en el derecho a mantener incólume sus derechos individuales. No es lógico refugiarse en un pretendido registro histórico construido bajo el impulso de un guión interesado por las miasmas de una vida adulterada de los intereses del explotador. Las personas son de suyo individual y social. Y esto es así por la misma estructura psico-orgánica del animal de realidades, que es constitutivamente individual por ser una realidad personal. Pero en cuanto esta individualidad la recibe genéticamente, es desde sí misma una individualidad respectiva a los demás miembros de la especie. En virtud de esta respectividad, cada un está realmente presente en los demás y los demás están realmente presente en uno, de tal manera que la realidad de uno está determinada por la realidad de los otros y la de los otros lo está por la de uno; el hacer de cada uno está influido por el hacer de los demás y el hacer de cada uno repercute en el hacer de los demás.
Los demás están ya metidos en mi vida desde el mismo instante en que empiezo a hacerla. Antes de todo encuentro diferenciado se empieza por estar en el mundo de lo humano, un mundo que va humanizando paulatinamente, incesantemente en cada individuo; es la autoconformación en humanidad en una co-situación de humanización. Antes de convivir cada uno con los demás, los convivientes todos viven en un mundo humano.

AVENTURAS DE LA PATRONAL

El capitalismo siempre ha intentado obtener el máximo rendimiento con la mínima inversión. La productividad, axioma teórico insustituible para que las inversiones sigan produciendo riqueza, puede conseguirse a través de métodos diversos.
El Presidente de la Patronal CEOE se ha definido sobre la manera de conseguir un incremento de la productividad: evaluar a los trabajadores y castigar a los que no se esfuercen suficientemente hasta conseguir los objetivos proyectados. Ni los psicólogos industriales, ni los grandes industriales pueden apoyar estas directrices de lástima.
Las propuestas del Sr. Rosell están bastante alejadas de lo que enseñan las Escuelas de Negocios más modernas y competitivas. Todas dan una importancia central a los incentivos y a la motivación de los trabajadores. Los grandes teóricos del capitalismo progresista y liberal, se han centrado en la formación y en la motivación de la persona, como factores insustituibles para incrementar la productividad. Los planes de desarrollo empresarial han de mirar a las personas, a su bienestar, a un plan de vida atractivo. En la era en que el cambio y la velocidad es un valor, la formación de las personas ha de ser permanente y constante para mantener un índice de productividad competitiva. La represión y control tiene sólo un papel subsidiario.
En España arrastramos un déficit importante en el desarrollo industrial en el campo tecnológico. La inversión en rentabilidad alta y fácil ha cegado a nuestros empresarios. Se han olvidado del medio y largo plazo. La Universidad ha estado satisfecha encerrada en sus aulas, sin un esfuerzo para implementar la sociedad del conocimiento, del bienestar y de la productividad.
Enseñar a “pescar” como práctica y filosofía del desarrollo ha procurado el progreso con mayor eficiencia que entregar como donativo el pescado. La pérdida de sentido de lo público, está en la raíz del subdesarrollo de la productividad. Actualmente, la vida pública se ha transformado en una cuestión de obligación formal. La mayoría de los ciudadanos mantiene sus relaciones con el Estado dentro de un espíritu de resignada aquiesciencia. Esta debilidad pública tiene un alcance en la política, en la industria y en los intercambios rituales.

martes, 28 de junio de 2011

ANTICIPARSE A LA CRISIS

Hay un dicho popular que reza la mejor manera de no tener problemas es anticiparse a los acontecimientos, querer no crearlos. Un dirigente político antes de aplicar una decisión debe evaluar la respuesta de aquellos a quienes podía afectar. Es una práctica que ahora no debe tener mucha actualidad dado las respuestas virulentas que tienen diversas medidas que adoptan los gobiernos tanto de las autonomías, como los municipales o el de toda la nación. Toda acción de gobierno debe contribuir al fortalecimiento de la Democracia de las instituciones. Ahora está sucediendo todo lo contrario.
Los políticos en el mundo del Internet suelen encontrarse con un mundo nuevo, cuyas repercusiones en la estrategia política, está muy lejos de ser conocido. Interner es otro mundo; las investigaciones de los profesionales de la comunicación se encuentran como en el Mito de la Caverna de Platón luchando con fantasmas para poder comprender las manchas borrosas. Una vez más vamos retrasados.
Los ciberciudadanos van esencialmente de un rechazo práctico del Estado. Tratan de hacer aflorar a la superficie el mundo subterráneo, que no por eso deja de ser limpio y nítido, sin mediación de los poderes fácticos o reales. No dejan lugar al Estado, nación o frontera. Mucho menos al poso de inoperancia que durante siglos las instituciones pretendidamente democráticas han acumulado. Demasiadas sinergias.
Internet crea un populismo sin pueblo, un nacionalismo sin nación y unas instituciones sin sociedad. Todo es posible con Internet. Nada se puede realizar sin Internet. Mientras tanto los políticos han de aprender a elaborar sus mensajes en el lenguaje de Internet. Si los partidos, especialmente los de tradición democrática moderna, quieren responder realmente, al reto de estos nuevos movimientos organizados alrededor de Internet, han de tomar la iniciativa de las reformas, porque éstas -como la política- si no las haces te las harán otros.
Anticiparse a la crisis quiere decir profundizar y enriquecer tres espacios: combatir radicalmente el populismo, caminar en un proceso de educación política frente a la antipolítico que supone Internet y generar un proceso masivo de participación política de los ciudadanos en la toma de decisiones. La tecnología ha puesto el catalizador y ha logrado una respuesta de mínimos: salgamos a la calle para anticiparnos a la crisis que todavía han de venir.



Moncho Ramos Requejo

viernes, 17 de junio de 2011

SEMPRUM MEMORIA VIVA

Para aquellos que creemos en la libertad, en el antiautoritarismo, en la lucha contra todas las dictaduras en pro de la paz de la convivencia pacífica y del respeto de las personas, la muerte e Jorge Semprún significa una llamada a la reflexión y al compromiso con los mejor.
Hijo del embajador de la República Española en la Haya se encardinó a la Resistencia Francesa contra la ocupación alemana. Descubierto y torturado por la Gestapo fue internado en el campo de la muerte de Buchenwald.
Gracias a sus aportaciones de gran estilista en la novela, en el ensayo, en el cine tenemos noticia de un español victima de las acciones criminales del fascismo, de las dictaduras y del totalitarismo. El largo viaje es el mejor testimonio.
Semprún encarna, como pocos, una mezcla fecunda de experiencias ajenas a todas las banderas totalitarias nacionales e ideológicas y funda en ella su propia ejemplaridad. La reflexión política recogida en la pasada década en El hombre europeo y Pensar Europa corona su labor de persona y escritor a todas, como pedía Manuel Azaña, testigo sereno de los horrores y grandezas de la época convulsa en la que vivió.
En 1964 fue expulsado con Claudin y otros militantes del Partido Comunista español. Las razones esgrimidas fueron su discrepancia con la línea oficial. En realidad había descollado una línea de pensamiento opuesta a la estalinación oficial y pudieron concretar otras cosas un proyecto de reconciliación nacional y de atención a la intelectualidad. Solé Tura y otros serían los seguidores de la nueva línea de acción política. A pesar de todos siguió siendo hasta el final un militante en lucha por una democracia de izquierda sin paliativos en los diversos espacios donde militó. Fue ministro de cultura con Felipe González. Fue removido de su cartera por su desavenencias con poderes fácticos dentro del mismo partido.
Como Albert Camus se comprometió a través de la literatura con una gran preocupación moral del reconocimiento de las personas. El supo ver en el rostro de los otros el zarpazo del totalitarismo de la burocracia y denunció sin descanso la cerrazon de las dictaduras en sus diversas formas. El testimonio de Semprum tiene plena actualidad.


Moncho Ramos Requejo

EL DEBER DE ESCUCHAR

Los Congresos de los partidos políticos pueden servir para significar un continuismo o una ruptura con la línea política general. Congresos como en el que Felipe González renunciaba al marxismo, supuso un distanciamiento de la tradición del socialismo español. Pero estaríamos en un error, pensar que se pudo crear ese Congreso rupturista sin un fuerte debate en el interior del Partido.
Pensar en un momento rupturista hoy, dentro del Partido socialista no es una tarea descalabrada. Una pérdida de votos tan significativa como ha supuesto las elecciones del 22-M requiere un análisis profundo de la práctica socialista de los últimos años. No deben estar implicados en el debate, solo los dirigentes destacados, sino todos aquellos que se sientan afectados por lo que significa socialismo; la situación nos afecta a todos; no se puede volar con un ala sola.
No resulta difícil suscribir muchas de las reivindicaciones de los jóvenes que ahora mismo se concentran en torno al movimiento del 15-M. Subyace no el deseo de suspender, paralizar o destruir el sistema, considerado éste del modo más general, como un conjunto de principios y valores donde pueden reconocerse los argumentos del Estado de Derecho y del Bienestar, de la democracia representativa, y de la convivencia solidaria y cívica. Se trata de rehabilitar las prácticas políticas que animan nuestro sistema. Recuperar valores fundamentales que permitan a los ciudadanos refundar la confianza en la cosa pública y en la política.
Entiendo que en el espíritu del 15-M se encuentran expresadas muchas de las inquietudes políticas de toda la sociedad y no sólo de un grupo de jóvenes. Confía en la capacidad del sistema para refundarse. Pero es preciso escuchar. Reflexionar, antes de hacer. La Conferencia política no puede ser el oasis sino el núcleo dinamizador de la práctica política. En la virtud de escuchar y reflexionar no hay ninguna propensión a la melancolía, ni a la parálisis depresiva. En la conversación no hay tampoco ninguna concesión al despilfarro. La disposición a escuchar, a procesar inteligentemente las situaciones y sus mensajes y a interactuar racionalmente con ellos, es condición irrecusable y previa para la acción. Es la hora de actuar a favor de una política en la que los otros no sean la mercancía sino las personas que tienen capacidad para regenerar el sistema.

Moncho Ramos Requejo

RECUPERAR LA ÉTICA

En recientes investigaciones sociológicas, los “ políticos” figuran como la tercer preocupación de los ciudadanos. La política es como coordinación e integración de todas las actividades de las personas. Incumbe a todos los ciudadanos recuperar la ética política La política es la esfera donde se adoptan las decisiones para el conjunto del sistema social, y debe garantizar la libertad de los subsistemas en tanto no pretendan asumir esa suprema capacidad de integración de decisiones.
Hoy, en cuanto se refiere a la consecución de las metas colectivas, todo es política o la política puede serlo todo. Se trata de una “socialización integral del poder”: que la política sea controlada por toda la sociedad en su conjunto y no sólo por unos pocos aparatos privilegiados de la misma. Esto no supone incidencia en un “totalitarismo” que elimine los ámbitos de la libertad humana, sino todo lo contrario, de garantizarla en realidades sociales concretas, en vez de mantenerla en el limbo de las abstracciones. El poder político puede ser peligroso, pero es también el único medio de liberación de otros poderes sociales y económicos. Todo el poder político auténticamente democrático, derivado de la soberanía popular, ha de ser ejercido en conexión con determinados valores y principios que le confieren legitimidad: el respeto a las personas, la libertad, el pluralismo, la participación, la igualdad. . Hemos de desarrollar, pues, toda la potencialidad de esos valores que proclamamos. Hemos de luchar por incorporarlo a la realidad, utilizando “la política como el único medio eficaz de que se dispone para alcanzar este fin”.
Tierno Galvan decía “No existe, a mi juicio un quehacer superior al de buscar y practicar una ética real, es decir, que no se funde en contradicciones, ni las produzca”. “La política es el único medio eficaz de que se dispone para alcanzar este fin –que no se logra con el psicoanálisis o con el falso bienestar-“ . Hemos de desarrollar, pues, toda la potencialidad de esos valores que proclamamos. La política es el lugar de los enfrentamientos de intereses, pero nunca hay enfrentamientos que el discurrir de los tiempos no nos obligue a reconsiderar y a revisar. La política que impone como mandato ideológico el enfrentamiento constante y permanente es una forma de guerra que únicamente conduce al desgate del contrario y a su muerte por inanición. En política todos somos necesarios. También los más discrepantes.


Moncho Ramos Requejo

HACER POLITICA HUMANISTA

En los tiempos de la democracia clásica hacer política significaba sobre todo hacer humanismo. El modo de unir vida práctica y vida contemplativa, regida por la ética, es el concepto fundamental del Humanismo. El mundo “moderno” está perdiendo el modelo de humanismo, sin que logre articular uno nuevo.
Frente a la presión deshumanizadora del poder y de la organización de la sociedad, el individuo se defiende y adopta una estrategia de desdoblamiento. Dispone de dos discursos alternativos, practicables uno en público y el otro en privado. El discurso público es el mismo que difunde la radio la televisión, la prensa, el que se oye en las reuniones políticas. Se usa el discurso privado en casa entre amigos, o para todo dominio al que no afecte demasiado la ideología.
Este desdoblamiento deshumanizador, no es el único que conoce la sociedad totalitaria. Todavía no esta desterrada la antigua idea de una sociedad, un estado, un partido único. El totalitarismo promociona el desdoblamiento de la personalidad, la incoherencia y la violencia. El que lucha por el pensamiento totalitario debe saber batirse y no batirse, decir la verdad y no decirla, cumplir las promesas y no cumplirlas, exponerse al peligro y no exponerse, hacerse reconocer y ser invisible. [Bertol Brechet]
. El pensamiento doble, impuesto por el totalitarismo, exige que no haya sino una especie de discurso a lo largo de toda la vida del sujeto. Al practicar masivamente el desdoblamiento, la mayoría de los sujetos de los partidos totalitarios, se sienten en paz, por creer que escapan de él, en lo que consideran ser su verdadera vida. Cada uno de los hombres anclados en el totalitarismo es a la vez prisionero y guardián de sí mismo y del otro.
El resurgir de una política humanista tiene que centrarse fundamentalmente en el respeto al “otro” aún que aparezcan contradicciones. El desprecio de los otros es la manifestación más clara y terminante del fascismo. La idea de la España y de la Galicia plural, todavía no ha cuajado suficientemente, ni en nuestra sociedad ni en nuestros municipios. No se puede gobernar contra los otros, sino con los otros. El político comienza a hacerse cuando identifica la política con la necesidad de llevar a cabo los pactos que contemplen al máximo las reivindicaciones sociales de todas las personas, frente a las necesidades ficticias de la especulación y del empobrecimiento.


Moncho Ramos Requejo

PERDER LA CALLE

PERDER LA CALLE
El PSOE perdió la calle antes que las elecciones. Esa es la cruda realidad. Nos encontramos ante un fenómeno de correlativa privatización de lo público y politización de lo privado. Se ha producido una modificación del marco de condiciones, a partir del cual los temas eran tratados como privados o público como algo irreductible. Valores privados, creencias, exigencias, emociones, sentimiento e identidades adquieren preeminencia sobre cualquier otra consideración en el compromiso de los ciudadanos con lo público.
A esta situación se ha denominado el desplazamiento de la política; un proceso visible en las transformaciones ideológica que han tenido lugar en los últimos años y que parece combinar de una manera inédita las preferencias ideológicas. Durante mucho tiempo parecía haberse consolidado la inclinación decidida de la izquierda por lo público y universal, mientras que la derecha enfatizaba el valor de lo privado. Estas afinidades están cambiando. Aunque forma parte de la tradición de la izquierda un decantamiento por lo público frente a lo privado en asuntos de economía y políticas sociales, también la izquierda ha de privilegiar las opciones privadas en asuntos de conciencia y libertad de expresión. Paralelamente, para los conservadores, insisten en mirar como propios los principios de decisión privada. Estos desplazamientos son indicativos de por qué es tan difícil establecer en donde comienza lo público y donde termina lo privado. Esta distinción naufraga cuando intentamos aplicarla a áreas relativamente nuevas de la política.
En estos momentos de oscuridad, lo políticos lejos de enzarzarse en discusiones estériles, harían bien en acotar los campos y trazar las líneas maestras del edificio de la política. Mientras los socialistas prosiguen este deprimente reacomodo, en la calle miles de ciudadanos debaten sobre las causas del desapego de la ciudadanía por la vida pública. Los indignados del 15-M han conseguido en un mes que la mayoría de los españoles vea su movimiento con simpatía (un 66% en general y un 78% entre los votantes socialistas). Por el contrario, los políticos son vistos como el tercer gran problema de España.


Moncho Ramos Requejo

miércoles, 16 de marzo de 2011

CONTRA LA EXCLUSION

La inquietante experiencia de verse excluido, no sólo de las opiniones sino de toda la experiencia vital de un gran número de nuestros contemporáneos, es un efecto característico de las “sociedades democráticas” modernas. Los neofascismos tienen una genealogía, que no debe pasar desapercibida. En los medios de comunicación aparecen denuncias contra las políticas y los muros que impiden la representación de la voluntad popular o las brechas que profundizan las diferencias. La consecuente preocupación que produce la separación entre los diversos ciudadanos y los grupos, pone de manifiesto el aislamiento de individuos irrelevantes. La sistemática falta de comunicación entre grupos de ciudadanos es una evidencia. No se trata solo del “individualismo masificado”.
Ser ciudadano hoy significa convivir con personas de conducta y creencias que difieren de las nuestras. Con frecuencia sólo podemos convivir si sabemos tolerar. La pluralidad incluso ha sido considerada por algunos autores como un rasgo permanente de la cultura pública de la democracia. Es indiscutible que la pluralidad de creencias o modos de vida, no permiten una convivencia lo bastante rica sino fuera por la tolerancia que nos demandan la moral y el derecho. Tolerancia, pluralismo y democracia son conceptos que se complementan. La democracia es –entre otras cosas- una institucionalización del pluralismo; una plasmación institucional de la integración de todos mediante la virtud activa de la tolerancia.
La democracia de calidad debe ser un sistema de representación y un método para mejorar el comportamiento de los ciudadanos; para que consigan comportamientos más solidarios, más equitativos, más colaboradores. La democracia es un proceso, se pervierte o se mejora día a día. Montesquieu lo dejó escrito con precisión: «No son solo los crímenes los que destruyen la virtud, sino también las negligencias, las faltas, una cierta tibieza en el amor de la patria, los ejemplos peligrosos, las simientes de corrupción; aquello que no vulnera las leyes, pero las elude; lo que no las destruye, pero las debilita». Los grandes crímenes no sucederían sino no tuvieran lugar previamente las “pequeños” fraudes.
Los políticos profesionales, organizados en partidos, en grupos de presión no suelen resistir con decisión clara, la tentación de erigirse como “propietarios” del sistema democrático. Aquella máxima que presidía la conducta de todos los demócratas de “servidores” del bien público no se concreta con la frecuencia deseada en conductas democráticas ejemplares. El ser humano no tiene sólo “un” motivo en su conducta y sus motivos pueden no coincidir con su conducta. El neoliberalismo de los postmodernos en realidad sólo quieren la libertad para discriminar, para separar, para debilitar. Es el camino opuesto al que debería seguir un servidor del bien público,
La solidaridad, el reforzamiento de lo social, de lo colectivo, la austeridad personal, la fidelidad a las tradiciones en el horizonte de la modernidad y del progreso, el sentido de la identidad sin exclusiones, ponen en cuestión los fundamentos del neoliberalismo, mientras que el individualismo, el miedo y los anhelos materiales crea personas “sometibles”. Las dificultades para cubrir las necesidades básicas, la carencia de bienestar y de seguridad deja a los más pobres más desguarnecidos para luchar a favor de una sociedad más justa y más cohesionada.
Nada más falso que sugerir que la educación contra la exclusión, debe limitarse a enseñar ciertos hechos, pero no valores o virtudes. El caso es que ni los hechos son neutrales ni cualquier idea de una buena sociedad, en que por fuerza descansa toda educación cívica. La civilidad comprende la lealtad a un marco constitucional sin exclusiones, y con ello a un patriotismo cívico de respeto a la diversas opciones en la esperanza, sin exclusiones.

Moncho Ramos Requejo.