sábado, 30 de julio de 2011

MOMENTO DE REFORMAS

Los políticos se presentarán a las elecciones del 20-N con un programa de nuevas reformas. Cabría preguntarse a quien beneficiaran dichos cambios. La estrategia de “tierra quemada” practicada por la mayoría de los políticos pone de manifiesto el vacío político existente y la incapacidad para promover una sociedad más igualitaria y cohesionada. El “ejército de parados“ promovido por los teóricos de la primera revolución industrial ha de dar paso a otros modelos de sociedad en el que garantice la productividad de todos los ciudadanos. En estos últimos años ha aumentado la pobreza material de los ciudadanos. Los ricos se han hecho más ricos y los pobres más pobres. Han aparecido en los comedores de Caritas caras que nunca nos los hubiéramos imaginado.
Para mantener el sistema democrático coherente y cohesionado, se necesita un horizonte cargado de utopía y pragmatismo. La socialdemcracia, hasta ahora refugio del pensamiento de izquierdas, ha de ser resituada ante el nuevo espacio político que nos han dejado las insuficiencias de la Tercera Vía. La Izquierda reactiva debe dar paso a una Izquierda activa capaz de integrar a la sociedad de los marginados y descontentos en un bloque constructivo capaz de pactar con todas las fuerzas sociales una sociedad garantista de los derechos sociales y políticos básicos. No son los poderes financieros los grandes actores de esta crisis, los que nos sacaran de ella, pero han llegado a un límite que la situación no les favorece en sus planes de desarrollo. Les interesa más un poder productivo activo que una invasión de descontento avocado al desequilibrio social.
La polarización izquierda/derecha ha dejado abierto un espacio para el activismo extrasistémico que pone de manifiesto la presencia de otros valores no coincidentes matemáticamente con lo económico. El poder político consta siempre de una mezcla inestable de coacción, emulación y ejercicio del liderazgo mediante el consenso. Pero el consenso no debe significar la renuncia palmaria a derechos fundamentales. Para no pocos defensores del capitalismo consenso significa entreguismo. La Constitución no dudarán en considerarla papel de otra época.

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