martes, 28 de junio de 2011

ANTICIPARSE A LA CRISIS

Hay un dicho popular que reza la mejor manera de no tener problemas es anticiparse a los acontecimientos, querer no crearlos. Un dirigente político antes de aplicar una decisión debe evaluar la respuesta de aquellos a quienes podía afectar. Es una práctica que ahora no debe tener mucha actualidad dado las respuestas virulentas que tienen diversas medidas que adoptan los gobiernos tanto de las autonomías, como los municipales o el de toda la nación. Toda acción de gobierno debe contribuir al fortalecimiento de la Democracia de las instituciones. Ahora está sucediendo todo lo contrario.
Los políticos en el mundo del Internet suelen encontrarse con un mundo nuevo, cuyas repercusiones en la estrategia política, está muy lejos de ser conocido. Interner es otro mundo; las investigaciones de los profesionales de la comunicación se encuentran como en el Mito de la Caverna de Platón luchando con fantasmas para poder comprender las manchas borrosas. Una vez más vamos retrasados.
Los ciberciudadanos van esencialmente de un rechazo práctico del Estado. Tratan de hacer aflorar a la superficie el mundo subterráneo, que no por eso deja de ser limpio y nítido, sin mediación de los poderes fácticos o reales. No dejan lugar al Estado, nación o frontera. Mucho menos al poso de inoperancia que durante siglos las instituciones pretendidamente democráticas han acumulado. Demasiadas sinergias.
Internet crea un populismo sin pueblo, un nacionalismo sin nación y unas instituciones sin sociedad. Todo es posible con Internet. Nada se puede realizar sin Internet. Mientras tanto los políticos han de aprender a elaborar sus mensajes en el lenguaje de Internet. Si los partidos, especialmente los de tradición democrática moderna, quieren responder realmente, al reto de estos nuevos movimientos organizados alrededor de Internet, han de tomar la iniciativa de las reformas, porque éstas -como la política- si no las haces te las harán otros.
Anticiparse a la crisis quiere decir profundizar y enriquecer tres espacios: combatir radicalmente el populismo, caminar en un proceso de educación política frente a la antipolítico que supone Internet y generar un proceso masivo de participación política de los ciudadanos en la toma de decisiones. La tecnología ha puesto el catalizador y ha logrado una respuesta de mínimos: salgamos a la calle para anticiparnos a la crisis que todavía han de venir.



Moncho Ramos Requejo

viernes, 17 de junio de 2011

SEMPRUM MEMORIA VIVA

Para aquellos que creemos en la libertad, en el antiautoritarismo, en la lucha contra todas las dictaduras en pro de la paz de la convivencia pacífica y del respeto de las personas, la muerte e Jorge Semprún significa una llamada a la reflexión y al compromiso con los mejor.
Hijo del embajador de la República Española en la Haya se encardinó a la Resistencia Francesa contra la ocupación alemana. Descubierto y torturado por la Gestapo fue internado en el campo de la muerte de Buchenwald.
Gracias a sus aportaciones de gran estilista en la novela, en el ensayo, en el cine tenemos noticia de un español victima de las acciones criminales del fascismo, de las dictaduras y del totalitarismo. El largo viaje es el mejor testimonio.
Semprún encarna, como pocos, una mezcla fecunda de experiencias ajenas a todas las banderas totalitarias nacionales e ideológicas y funda en ella su propia ejemplaridad. La reflexión política recogida en la pasada década en El hombre europeo y Pensar Europa corona su labor de persona y escritor a todas, como pedía Manuel Azaña, testigo sereno de los horrores y grandezas de la época convulsa en la que vivió.
En 1964 fue expulsado con Claudin y otros militantes del Partido Comunista español. Las razones esgrimidas fueron su discrepancia con la línea oficial. En realidad había descollado una línea de pensamiento opuesta a la estalinación oficial y pudieron concretar otras cosas un proyecto de reconciliación nacional y de atención a la intelectualidad. Solé Tura y otros serían los seguidores de la nueva línea de acción política. A pesar de todos siguió siendo hasta el final un militante en lucha por una democracia de izquierda sin paliativos en los diversos espacios donde militó. Fue ministro de cultura con Felipe González. Fue removido de su cartera por su desavenencias con poderes fácticos dentro del mismo partido.
Como Albert Camus se comprometió a través de la literatura con una gran preocupación moral del reconocimiento de las personas. El supo ver en el rostro de los otros el zarpazo del totalitarismo de la burocracia y denunció sin descanso la cerrazon de las dictaduras en sus diversas formas. El testimonio de Semprum tiene plena actualidad.


Moncho Ramos Requejo

EL DEBER DE ESCUCHAR

Los Congresos de los partidos políticos pueden servir para significar un continuismo o una ruptura con la línea política general. Congresos como en el que Felipe González renunciaba al marxismo, supuso un distanciamiento de la tradición del socialismo español. Pero estaríamos en un error, pensar que se pudo crear ese Congreso rupturista sin un fuerte debate en el interior del Partido.
Pensar en un momento rupturista hoy, dentro del Partido socialista no es una tarea descalabrada. Una pérdida de votos tan significativa como ha supuesto las elecciones del 22-M requiere un análisis profundo de la práctica socialista de los últimos años. No deben estar implicados en el debate, solo los dirigentes destacados, sino todos aquellos que se sientan afectados por lo que significa socialismo; la situación nos afecta a todos; no se puede volar con un ala sola.
No resulta difícil suscribir muchas de las reivindicaciones de los jóvenes que ahora mismo se concentran en torno al movimiento del 15-M. Subyace no el deseo de suspender, paralizar o destruir el sistema, considerado éste del modo más general, como un conjunto de principios y valores donde pueden reconocerse los argumentos del Estado de Derecho y del Bienestar, de la democracia representativa, y de la convivencia solidaria y cívica. Se trata de rehabilitar las prácticas políticas que animan nuestro sistema. Recuperar valores fundamentales que permitan a los ciudadanos refundar la confianza en la cosa pública y en la política.
Entiendo que en el espíritu del 15-M se encuentran expresadas muchas de las inquietudes políticas de toda la sociedad y no sólo de un grupo de jóvenes. Confía en la capacidad del sistema para refundarse. Pero es preciso escuchar. Reflexionar, antes de hacer. La Conferencia política no puede ser el oasis sino el núcleo dinamizador de la práctica política. En la virtud de escuchar y reflexionar no hay ninguna propensión a la melancolía, ni a la parálisis depresiva. En la conversación no hay tampoco ninguna concesión al despilfarro. La disposición a escuchar, a procesar inteligentemente las situaciones y sus mensajes y a interactuar racionalmente con ellos, es condición irrecusable y previa para la acción. Es la hora de actuar a favor de una política en la que los otros no sean la mercancía sino las personas que tienen capacidad para regenerar el sistema.

Moncho Ramos Requejo

RECUPERAR LA ÉTICA

En recientes investigaciones sociológicas, los “ políticos” figuran como la tercer preocupación de los ciudadanos. La política es como coordinación e integración de todas las actividades de las personas. Incumbe a todos los ciudadanos recuperar la ética política La política es la esfera donde se adoptan las decisiones para el conjunto del sistema social, y debe garantizar la libertad de los subsistemas en tanto no pretendan asumir esa suprema capacidad de integración de decisiones.
Hoy, en cuanto se refiere a la consecución de las metas colectivas, todo es política o la política puede serlo todo. Se trata de una “socialización integral del poder”: que la política sea controlada por toda la sociedad en su conjunto y no sólo por unos pocos aparatos privilegiados de la misma. Esto no supone incidencia en un “totalitarismo” que elimine los ámbitos de la libertad humana, sino todo lo contrario, de garantizarla en realidades sociales concretas, en vez de mantenerla en el limbo de las abstracciones. El poder político puede ser peligroso, pero es también el único medio de liberación de otros poderes sociales y económicos. Todo el poder político auténticamente democrático, derivado de la soberanía popular, ha de ser ejercido en conexión con determinados valores y principios que le confieren legitimidad: el respeto a las personas, la libertad, el pluralismo, la participación, la igualdad. . Hemos de desarrollar, pues, toda la potencialidad de esos valores que proclamamos. Hemos de luchar por incorporarlo a la realidad, utilizando “la política como el único medio eficaz de que se dispone para alcanzar este fin”.
Tierno Galvan decía “No existe, a mi juicio un quehacer superior al de buscar y practicar una ética real, es decir, que no se funde en contradicciones, ni las produzca”. “La política es el único medio eficaz de que se dispone para alcanzar este fin –que no se logra con el psicoanálisis o con el falso bienestar-“ . Hemos de desarrollar, pues, toda la potencialidad de esos valores que proclamamos. La política es el lugar de los enfrentamientos de intereses, pero nunca hay enfrentamientos que el discurrir de los tiempos no nos obligue a reconsiderar y a revisar. La política que impone como mandato ideológico el enfrentamiento constante y permanente es una forma de guerra que únicamente conduce al desgate del contrario y a su muerte por inanición. En política todos somos necesarios. También los más discrepantes.


Moncho Ramos Requejo

HACER POLITICA HUMANISTA

En los tiempos de la democracia clásica hacer política significaba sobre todo hacer humanismo. El modo de unir vida práctica y vida contemplativa, regida por la ética, es el concepto fundamental del Humanismo. El mundo “moderno” está perdiendo el modelo de humanismo, sin que logre articular uno nuevo.
Frente a la presión deshumanizadora del poder y de la organización de la sociedad, el individuo se defiende y adopta una estrategia de desdoblamiento. Dispone de dos discursos alternativos, practicables uno en público y el otro en privado. El discurso público es el mismo que difunde la radio la televisión, la prensa, el que se oye en las reuniones políticas. Se usa el discurso privado en casa entre amigos, o para todo dominio al que no afecte demasiado la ideología.
Este desdoblamiento deshumanizador, no es el único que conoce la sociedad totalitaria. Todavía no esta desterrada la antigua idea de una sociedad, un estado, un partido único. El totalitarismo promociona el desdoblamiento de la personalidad, la incoherencia y la violencia. El que lucha por el pensamiento totalitario debe saber batirse y no batirse, decir la verdad y no decirla, cumplir las promesas y no cumplirlas, exponerse al peligro y no exponerse, hacerse reconocer y ser invisible. [Bertol Brechet]
. El pensamiento doble, impuesto por el totalitarismo, exige que no haya sino una especie de discurso a lo largo de toda la vida del sujeto. Al practicar masivamente el desdoblamiento, la mayoría de los sujetos de los partidos totalitarios, se sienten en paz, por creer que escapan de él, en lo que consideran ser su verdadera vida. Cada uno de los hombres anclados en el totalitarismo es a la vez prisionero y guardián de sí mismo y del otro.
El resurgir de una política humanista tiene que centrarse fundamentalmente en el respeto al “otro” aún que aparezcan contradicciones. El desprecio de los otros es la manifestación más clara y terminante del fascismo. La idea de la España y de la Galicia plural, todavía no ha cuajado suficientemente, ni en nuestra sociedad ni en nuestros municipios. No se puede gobernar contra los otros, sino con los otros. El político comienza a hacerse cuando identifica la política con la necesidad de llevar a cabo los pactos que contemplen al máximo las reivindicaciones sociales de todas las personas, frente a las necesidades ficticias de la especulación y del empobrecimiento.


Moncho Ramos Requejo

PERDER LA CALLE

PERDER LA CALLE
El PSOE perdió la calle antes que las elecciones. Esa es la cruda realidad. Nos encontramos ante un fenómeno de correlativa privatización de lo público y politización de lo privado. Se ha producido una modificación del marco de condiciones, a partir del cual los temas eran tratados como privados o público como algo irreductible. Valores privados, creencias, exigencias, emociones, sentimiento e identidades adquieren preeminencia sobre cualquier otra consideración en el compromiso de los ciudadanos con lo público.
A esta situación se ha denominado el desplazamiento de la política; un proceso visible en las transformaciones ideológica que han tenido lugar en los últimos años y que parece combinar de una manera inédita las preferencias ideológicas. Durante mucho tiempo parecía haberse consolidado la inclinación decidida de la izquierda por lo público y universal, mientras que la derecha enfatizaba el valor de lo privado. Estas afinidades están cambiando. Aunque forma parte de la tradición de la izquierda un decantamiento por lo público frente a lo privado en asuntos de economía y políticas sociales, también la izquierda ha de privilegiar las opciones privadas en asuntos de conciencia y libertad de expresión. Paralelamente, para los conservadores, insisten en mirar como propios los principios de decisión privada. Estos desplazamientos son indicativos de por qué es tan difícil establecer en donde comienza lo público y donde termina lo privado. Esta distinción naufraga cuando intentamos aplicarla a áreas relativamente nuevas de la política.
En estos momentos de oscuridad, lo políticos lejos de enzarzarse en discusiones estériles, harían bien en acotar los campos y trazar las líneas maestras del edificio de la política. Mientras los socialistas prosiguen este deprimente reacomodo, en la calle miles de ciudadanos debaten sobre las causas del desapego de la ciudadanía por la vida pública. Los indignados del 15-M han conseguido en un mes que la mayoría de los españoles vea su movimiento con simpatía (un 66% en general y un 78% entre los votantes socialistas). Por el contrario, los políticos son vistos como el tercer gran problema de España.


Moncho Ramos Requejo