lunes, 28 de diciembre de 2009

Educacion y juventud

El proceso educativo atiende preferentemente a la juventud. El mundo moderno ha prolongado el espacio joven y ha actualizado el concepto de formación continua y formación permanente. La educación además de la formación de capital humano para la producción, supone otros contenidos como la formación de hábitos de civilidad, el desarrollo de la vida espiritual, no siempre es identificable con lo religioso.
El abandono escolar es quizá uno de los signos más elocuentes de la falta de implicación de los factores de la educación: educadores profesionales, familiares próximos, el sujeto de la educación, la juventud, la organización de la sociedad. No todos tienen la misma importancia pero ninguno puede ir por libre. Cabría preguntarse si estamos verdaderamente próximos a la juventud o si sólo estamos al “margen” de ella sin comprender ni implicarnos en sus problemas. Es sorprendente que los teóricos de la educación y quienes la practican no hayan sacado conclusiones de los movimientos contestatarios juveniles. Como si este proceso no hubiera tenido nada que ver con los problemas claves de la corriente evolutiva de nuestra civilización, los problemas del sentido y del valor de la vida, así como de la comunidad humana.
Podemos distinguir entre los jóvenes aquellos que aceptan y se conforman con el mundo heredado de sus mayores y los que luchan por construirse un mundo con otras perspectivas; organizan su actividad con estrategias de éxito, minimizan los peligros. La introducción masiva de las nuevas tecnologías de la información debe ir aparejadas de un análisis de las teorías de la educación, y de su actualización. Los nuevos lenguajes que se pretende introducir no pueden ser un apósito extraño; han de ampararse en una nueva concepción de la educación y alimentarse con contenidos que la sociedad impone. El aparato educativo debe estar alimentado por las preocupaciones de la sociedad. Quizá la escuela en sus diversos niveles no es capaz de exponer los problemas sociales y es sólo un escaparate de datos inconexos, descontextualizados.
El acceso más fácil a la información supuesto por la introducción masiva de ordenadores, no debe sustituir la capacidad de análisis, de clasificación y de jerarquización de la información; la información articula valores, estilos de vida. La informática puede ser una ayuda pero no es la solución de los grandes problemas que tiene la educación hoy, antes al contrario puede agravarlos.

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