miércoles, 30 de diciembre de 2009

La explotación del género

En la sociedad actual presentada como abierta, plural, ‘las políticas de género’ son un problema: quizá para no pocos, el problema.
Lidia Falcón O‘Neill una gran feminista ofrecía un análisis de las políticas de género, del feminismo, como si el colectivo de mujeres representara a la clase trabajadora del mundo industrial; el liberarla era problema central, el único problema. Las cosas evolucionaron de distinta manera que la prevista por Lidia Falcón: la clase obrera perdió la conciencia de clase; perdió coherencia y se fragmentó, se difuminan los perfiles de clase.

El problema de género en la sociedad moderna no es un problema de clase, como quería Lidia Falcón... Existe una explotación, sin duda por pertenecer a un género femenino, pero es difícil que pueda resolverse a partir sólo de la mujer.

Los actores sociales no son sólo los que pertenecen físicamente a un género, sino aquellos que tienen conciencia de explotación y en la medida en que esta conciencia es operativa y les hace revelarse. La transversalidad en la medida en que es comprensiva de toda la sociedad es la llave. No hay otra manera para sacudirse el yugo de la explotación desde la era de la esclavitud hasta la no menos violenta explotación de la posmodernidad. Los oropeles no deben engañarnos. La explotación de género no la hace menos virulenta.

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