jueves, 3 de marzo de 2011

EN MEMORIA DE ENRIQUE CURIEL

El fallecimiento de Enrique Curiel nos sitúa en la necesidad de alguna reflexión. Nacido en Vigo hijo de un catedrático de francés Instituto desarrolló la mayor parte de su vida política en Madrid. Desde joven participó como dirigente del Partido Comunista en la búsqueda de una sociedad democrática desde la Universidad de Madrid y los movimientos sociales, durante el franquismo. Después de la aceptación de la Constitución comprendió que se habrían nuevos caminos, que la democracia tenía otros requerimientos, con otras estrategias, en las que el diálogo con la sociedad, la proximidad con los problemas, la formación intelectual y moral de los ciudadanos, la democracia interna de los partidos, se hacían imprescindible. Sus propuestas fueron derrotadas dentro del Partido Comunista del que era subsecretario; coherente con sus ideas, presentó la dimisión y entregó el escaño de diputado de las Cortes, al Partido. El Tribunal Constitucional todavía no había establecido la doctrina hoy común de que el escaño pertenece al Diputado y no al Partido. Curiel tuvo que cambiar de profesión y buscarse la vida. Comenzó desde la nada la carrera universitaria. Entró en el PSOE y fue diputado y senador por Pontevedra.
En la década de los ochenta se cuestionaba la naturaleza misma de la política, del sistema económico y financiero y no solamente de sus efectos. La reconstrucción de la sociedad pasaba por la rehabilitación del hecho político democrático, del hecho social y del hecho cultural contra determinación de la economía. Ello implica una redefinición o, más exactamente un descubrimiento del bien común, de un saber vivir juntos y de un nuevo sentido de las relaciones sociales. Curiel se alistó de forma decidida a esta manera de hacer política. Descanse en paz.

Moncho Ramos Requejo

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