jueves, 3 de marzo de 2011

LOS INSIGNIFICANTES

Se ha reavivado una discusión presente desde hace mucho; las redes sociales no son suficientes para explicar el levantamiento en África. Los últimos sucesos acaecidos, nos ponen de manifiesto que los pretendidamente insignificantes, los sometidos a sistemas de esclavitud, podrían tener en determinadas circunstancias y en momento sociales concretos un valor determinante, hasta modificar un sistema político. Los insignificantes para las dictadores y sus seguidores, pueden hacer de los sistemas no democráticos algo anodino, insignificante.
La democracia es posible si existen individuos capaces de abstraerse de los intereses particulares y de asumir la imparcialidad, colocándose en el lugar de los demás. Las preferencias no son comunicables, y inmodificables si se abstrae de su contexto, y a través del diálogo desemboca en decisiones vinculantes, así pueden modificarse recíprocamente en sus opiniones. El individuo se hace social a través de la comunicación y del compromiso con los otros. La razón surge de la deliberación y de la cooperación. Este es el marco en el que las cosas insignificantes, lo prosaico transforma a los individuos y los hace personas dignas de tener presentes a la hora de tomar decisiones
Las sociedades actuales, incluso las más retrasadas están organizadas alrededor del sistema colonizador de unos pocos sobre los otros, hasta hacerlos insignificantes. El conformismo de los otros en torno del jefe, es el objetivo que persigue la colonización de las mentes, hasta la aniquilación del pensamiento autónomo, individual. No es la naturaleza de la geografía la que explica las vicisitudes de la sociedad, sino la capacidad de los “insignificantes” para autoconstituirse en personas capaces de decidir sobre lo cotidiano y lo trascendental. Los rebeldes de todos los tiempos y de todos los signos son solo un momento del proceso de la masa para constituirse en ciudadanos.
Los ciudadanos necesitan información veraz y contrastada para elaborar la conciencia personal, autónoma, social, contestataria hasta crear la democracia. Traspasar lo que son meras formas y ritos, para convertirse en núcleo central de la convivencia de individuos autónomos y libres es el gran objetivo de toda sociedad autónoma. Por muy paradójico que pueda parecer es la desaparición de la contestación lo que pone en peligro la estabilidad del régimen.

Moncho Ramos Requejo

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