viernes, 17 de junio de 2011

PERDER LA CALLE

PERDER LA CALLE
El PSOE perdió la calle antes que las elecciones. Esa es la cruda realidad. Nos encontramos ante un fenómeno de correlativa privatización de lo público y politización de lo privado. Se ha producido una modificación del marco de condiciones, a partir del cual los temas eran tratados como privados o público como algo irreductible. Valores privados, creencias, exigencias, emociones, sentimiento e identidades adquieren preeminencia sobre cualquier otra consideración en el compromiso de los ciudadanos con lo público.
A esta situación se ha denominado el desplazamiento de la política; un proceso visible en las transformaciones ideológica que han tenido lugar en los últimos años y que parece combinar de una manera inédita las preferencias ideológicas. Durante mucho tiempo parecía haberse consolidado la inclinación decidida de la izquierda por lo público y universal, mientras que la derecha enfatizaba el valor de lo privado. Estas afinidades están cambiando. Aunque forma parte de la tradición de la izquierda un decantamiento por lo público frente a lo privado en asuntos de economía y políticas sociales, también la izquierda ha de privilegiar las opciones privadas en asuntos de conciencia y libertad de expresión. Paralelamente, para los conservadores, insisten en mirar como propios los principios de decisión privada. Estos desplazamientos son indicativos de por qué es tan difícil establecer en donde comienza lo público y donde termina lo privado. Esta distinción naufraga cuando intentamos aplicarla a áreas relativamente nuevas de la política.
En estos momentos de oscuridad, lo políticos lejos de enzarzarse en discusiones estériles, harían bien en acotar los campos y trazar las líneas maestras del edificio de la política. Mientras los socialistas prosiguen este deprimente reacomodo, en la calle miles de ciudadanos debaten sobre las causas del desapego de la ciudadanía por la vida pública. Los indignados del 15-M han conseguido en un mes que la mayoría de los españoles vea su movimiento con simpatía (un 66% en general y un 78% entre los votantes socialistas). Por el contrario, los políticos son vistos como el tercer gran problema de España.


Moncho Ramos Requejo

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