martes, 5 de octubre de 2010

LOS ECONOMISTAS

No han salido bien parados los economistas en la refriega de la crisis. Los que la han prevenido no han sabido hacerse escuchar. Tampoco han sido demasiado eficaces en la elaboración de as distintas recetas. Todos hubiéramos querido que la economía fuera una ciencia exacta, o al menos una ciencia “dura”, como la química o la física. Las ciencias son constituidas por el procedimiento de acierto y error. No es conveniente desvirtuar a los científicos y atribuirles propiedades taumatúrgicas.
Causa perplejidad ver a no pocos científicos, arrogándose poderes de alquimista; se adornan con los oropeles del dogma. Los medios de comunicación se presentan plagados de afirmaciones con poco espacio para la crítica. Con esos conceptos se caracteriza siempre, un sistema de convicciones y prácticas que tienen la paradójica propiedad de sustraer a la toma de conocimiento, las circunstancias sociales que a la vez también lo generan estructuralmente.
El objeto de análisis de la economía está constituido por fenómenos humanos complejos, con múltiples interacciones, y no pocas variables. La economía al ser una ciencia abierta y con dificultades para predecir, ofrece un campo sin límites para los diagnósticos y las terapias.. El movimiento en arenas movedizas puede servir para enterrarnos en la ciénaga o para salir de ella. La economía es la ciencia de las oportunidades . Entraña así una gran responsabilidad.
En su trabajo científico los economistas han de enfrentarse cada día con fenómenos de los que disponen de poca información o de información poco trabajada. Ahora bien entre los economistas, como entre todos los científicos, podemos observar posiciones humildes, reconocedores de sus propias limitaciones; se distancian de los profetismos y de las posiciones maximalistas. Quizá a los políticos les interesen los dogmas, pero eso no es lo que pueden ofrecer un economista.
El economista ha de esforzarse por conectar la crítica de las anomalías sociales con la explicación de los procesos que en general han contribuido a velarlas; porque únicamente si un análisis explicativo de esta clase permite convencer a los destinatarios con respecto al carácter real de las circunstancias sociales, se podrá demostrar que esas circunstancias son irregulares. Pero no es suficiente que el economista delate con sus análisis, ha de desarrollar una labor pedagógica y crear en los ciudadanos los hábitos mentales para comprender los hechos irregulares. Según predomine una visión liberal o social se deducirán propuestas diferenciables en apoyo de lo público, de la consecución de la equidad
No me atrevo a englobar el amplio conjunto de alternativas en dos grupos homogéneos y a llamarlos de izquierda y de derecha, pero sí a señalar que según predomine una visión liberal o socialdemócrata de la sociedad, se deducirán propuestas concretas, diferenciables por las distintas ponderaciones del peso de lo público en la lucha por la igualdad real de oportunidades o del papel de la solidaridad fiscal en la consecución de la equidad y de la solidaridad. Lo científico es determinar, al margen de los dogmas, lo que conviene a la mayoría de la sociedad.
Moncho Ramos Requejo

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