sábado, 15 de enero de 2011

LAS DESIGUALDADES SOCIALES

Los diversos informes sobre la realidad social española se muestran coincidentes al denunciar el aumento de las desigualdades sociales. Las desigualdades de renta son de las mayores de la Comunidad Europea. Si en lugar de renta hablamos de propiedad, la situación es peor. La concentración de la riqueza en España es de las más acentuadas en la OCDE. Así el 10% de las familiar posee el 58% de toda la propiedad. En realidad el 1% de la población de renta superior posee el 18% de toda la propiedad. La mayoría de la población tiene escasísima propiedad.
Una consecuencia de estas desigualdades es que a mayor desigualdad mayor nivel de pobreza. Y de ahí que España sea uno de los países con mayor pobreza de la OCDE. El 15% de los niños viven en familias pobres cuyo nivel de renta está por debajo de la mitad de la mediana de renta del país. Las desigualdades no afectan sólo a los extremos a los ricos y a los pobres. Nos afecta a todos aunque muy especialmente a los más pobres.
Las causas reales de las desigualdades son política, entendiendo como tales las relaciones de poder, entre las cuales, el poder y conflicto de clases sociales son los determinantes. La relación capital-trabajo continúa siendo central en el análisis de nuestras sociedades. Las herencias de la dictadura, la manera como se realizó la integración en Europa y las políticas fiscales, suele designarse como la causa de las desigualdades sociales. Pero hay que buscar otras más recientes. Se hicieron reformas sociales importantes. Pero el crecimiento del gasto público social no fue resultado de una mayor carga impositiva más progresiva dentro de una política fiscal, sino de un notable crecimiento económico.
Las diversas medidas que se pueden adoptar para suavizar las desigualdades sociales tiene su fundamento en la correlación de fuerzas políticas. Hoy en España el capital financiero es el que marca todas las políticas a costa del capital productivo y del trabajo. Existen momentos históricos en los que tal poder interviene obstaculizando el desarrollo del capital humano. Si las fuerzas del trabajo se recuperan frente al capital financiero y conseguimos una autonomía significativa podemos endulzar, al menos, las desigualdades sociales, de lo contrario las desigualdades se profundizaran y las rebeldías pueden aumentar. Una sociedad de rebeldes es la primera causa de las desigualdades irrecuperables.

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