sábado, 25 de diciembre de 2010

EL ENCAJE DE LOS NACIONALISMOS

Los resultados de las elecciones pueden ser objeto de interpretaciones diversas Después de las elecciones autonómicas catalanas para muchos periodistas y políticos el gran problema o el único problema son las relaciones de las comunidades autónomas con el gobierno central, o si se prefiere el problema de los nacionalismos. Sin que esto deje de ser verdad, estaríamos más cercanos a una aceptación generalizado si afirmáramos que el problema sigue siendo el de la redistribución equitativa de la riqueza entre las diversas comunidades autónomas.
El Estado de las autonomías ha sido un gran logro constitucional para la convivencia de todos los españoles. La acumulación de riqueza fundamentalmente en el País Vasco y en Cataluña, durante el franquismo, ha creado grandes desigualdades. Supuso la mayor fractura de España. Se hizo necesario un trasvase de población a estas nacionalidades y su formación profesional. Pero esto no fue suficiente para neutralizar las aspiraciones centrífugas en un caso centrípetas en otros, que tratan de construir un nuevo orden. No es sólo un problema de coordinación de los distintos nacionalismos, sino de desarrollar sistemas de creación y distribución de riqueza diversificados centrados en las necesidades reales de los ciudadanos y no solo del capital.
Castells , el exconsejero de economía de gobierno de Montilla, ha sostenido desde siempre una visión peculiar del socialismo desde posiciones nacionalistas, aduce que unos 100.000 votantes habituales del PSC se habrían pasado a CiU (algún estudio sociológico así lo afirma), sin ver que el socialismo catalán ha perdido en conjunto 226.000 votantes (ha pasado de 796.000 en el 2006 a 570.000) y que, según otros estudios, dos de cada tres votos del PSC provienen de la clientela españolista, mayoritariamente castellanohablante. También falla la tesis de que la sentencia del Constitucional ha disparado el independentismo: los partidos abiertamente independentistas han reducido su representación desde 23 escaños en el 2003 a 21 en el 2006 y a 14 en las últimas elecciones. Y el giro soberanista de CiU, que pareció una estratagema electoral, está siendo matizado en las últimas declaraciones del Sñr. Mas. Habla de un proceso para recuperar la identidad de Cataluña. ¿De que identidad se trata? Los procesos siempre están sometidos a las fuerzas internas y externas. Los radicalismos generan pérdidas de centralidad y adhesiones. Romper la baraja no es el mejor método para seguir jugando a la baraja.


Moncho Ramos Requejo.

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