sábado, 4 de diciembre de 2010

LA OTRA REALIDAD DE CATALUÑA

. La situación numérica de los votos en las recientes elecciones Cataluña nos muestran una realidad nueva, que no responde a los parámetros habituales para ofrecernos un mapa fiable. Llega un momento en el que los números sólo son capaces de ayudarnos a comprender la realidad, pero no tienen capacidad para representar la realidad social. En las autonómicas de 1999 el PSC obtuvo 1.183.000 votos; el domingo, 570.000, menos de la mitad. Desde 1999 el descenso en las autonómicas ha sido continuado, en las generales, por el contrario, el aumento de votos ha sido constante: en porcentajes se ha pasado de un 34% en el año 2000 a un 45% en el 2008. A cada uno lo suyo: la pérdida de apoyo electoral de los socialistas catalanes es culpa del PSC, no mezclemos al PSOE en esto, ya veremos qué sucede en las próximas generales. Mientras esta situación no sea convincentemente explicada el partido socialista de Cataluña y los republicanos de izquierdas seguirán
dando bandanzos.
Cuando Montilla tomó las riendas de la Generalitat se abrió un momento de esperanza. Por primera vez había accedido al poder uno venido de afuera en una sociedad que se había mostrado muy celosa de su identidad. Se Suponía una versión nueva del catalanismo y del socialismo. Hay una Cataluña conservadora que no siempre se incorpora al progreso y con una visión muy propia de su identidad y de sus relaciones con los otros.. Pero también hay una sociedad catalana, progresista, rompedora. Unir esas dos visiones de la sociedad cuando el 30% de la empresa textil de Cataluña ha cerrado, cuando la justicia no llega a todos por igual , cuando la capacidad de disfrutar de una medicina satisfactoria para todos se obscurece, cuando el 30% de los jóvenes dejan el aparato escolar antes de tiempo es una tarea muy difícil que requiere un proyecto de transformación profunda.
Los partidos apeados del poder suelen comenzar la larga marcha del desierto que les espera con un Congreso. Es un recurso insuficiente. Lo importante es saber crear un clima de comunicación, de entendimiento y de colaboración. Es indispensable disponer de buenos estudios de la realidad que tratamos de modificar, por ahí se comienza pero el lugar donde se han de dar las batallas es allí donde la gente lucha por encontrar una sociedad más feliz. Ni el socialismo, ni el nacionalismo en sus actuales versiones es capaz de ofrecer soluciones satisfactorias. Además de los dirigentes hay que modificar la perspectiva y la visión de conjunto.



Moncho Ramos Requejo

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