martes, 30 de noviembre de 2010

VIOLENCIA DE GÉNERO

Encontramos a menudo la idea de que las dificultades de la vida, del amor y de la muerte, pueden tener una solución, bien en una práctica colectiva de la religión o bien en una práctica individual del terrorismo. Camus fue, el primero en el siglo XX en profetizar la época en que ya no podemos apoyarnos en modelos del pasado, estamos obligados a llevar una vida vertical. El futuro tiene sentido si los vemos desde la profundidad del presente. En El hombre rebelde afirma que sólo hay una reflexión importante: el asesinato. El otro no puede ser él sólo la causa de todos los males.
En cada sociedad existe una violencia autorizada y otra desautorizada. La primera entendida como violencia ejercida por la autoridad y la segunda como expresión del desafío dirigido contra la autoridad. La violencia autorizada puede consistir en proteger el poder innovador, pero también puede considerarse como algo que trata de defender el sistema dominante de relaciones sociales. Un sistema social afincado en la violencia genera violencia. La educación tiene el papel explicar las razones sociales y psíquicas, si es el caso de la violencia, pero no debe, en ningún caso, legitimarla,
. La violencia de género no es sólo un problema de desigualdad; no puede separarse del clima de violencia reinante en las relaciones sociales; podrían ayudarnos, no obstante, a comprenderla más exhaustivamente y a atajarla. La violencia de género no es una cuestión de pertenencia a una clase social determinada, tiene su especificidad, pero es una manifestación del abuso de poder, del dominio que se ejerce sobre algo que se considera inferior, que no se valora como útil, que se pretende sustituibles. La violencia de género obedece a múltiples causas; supone un trabajo arduo, especificar alguna en concreto, y aislarla de todo un conjunto de concausas; ello obliga a un trabajo meticuloso a través de la tela de araña que constituyen las relaciones sociales.
El mismo tratamiento social que damos a la violencia de género, es una escenificación de la falta de aprecio en que tenemos a las mujeres. Se han asesinado a 60 mujeres en lo que va de año, pero este dato no causa el mismo impacto social que causaría 60 asesinatos producidos por terrorismo. La sentencia de Brecht “piedad para los países que necesitan héroes” se podría aplicar a los grupos sociales, ya que el antiheroísmo constituye una condición posible para que se produzca el cambio social; es hora de reconocer en los “falsos héroes” a los responsables de aquello que Voltaire describe como “vil matanza y heroica carnicería”; es el momento de reducirlos a lo que realmente son: unos criminales, antihéroes que ponen en tela de juicio valores tradicionales, inamovibles y considerados como verdaderos. La violencia de género es el himno a los antihéroes.
Moncho Ramos Requejo

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