jueves, 11 de agosto de 2011

ESTANCAMIENTO SOCIAL


El estancamiento social es una causa y una consecuencia de la actual crisis. Nadie tiene la barita mágica para superarla. Faltan los instrumentos tradicionales y hay que buscar otro nuevos, innovadores, reformistas unas veces, y otras rupturistas. Pero sino sabemos salir de la crisis debemos conocer las prácticas que nos entierran en una crisis permanente. Sin la desconfianza el actual sistema todas las soluciones son inadecuadas.
La debilidad del consumo y la falta de inversión es una de las causas de la crisis, pero al mismo tiempo son efectos. A falta de explicación suficiente se trata de crear un clima de confianza en el que se pueda construir un nuevo orden. Algún político en su día habló de refundar el capitalismo. Es una verdad aceptada, que ni el sistema socialista en cualquiera de sus versiones, ni tampoco el capitalista, serán los mismos después de esta crisis.
La codicia sin límites, está en la base de la actual crisis; pero la debilidad de la acción política, determina que lo que en otros tiempos fue el motor del desarrollo sea hoy un peligro para el mismo desarrollo capitalista. La política de los diversos partidos ha estado carente de un sentido real de la solidaridad; se la ha comercializado; no se han articulado mecanismos efectivos para desarrollar redes de acción en las cuales “el otro” con independencia del color y de la extracción de clase, forme parte fundamental del desarrollo social. Al contrario se ha creado una visión del principio de autonomía con una consecuencia clara: mitificar al individuo aislado, insolidario.
La tendencia totalitaria tiende a volver superfluos lo que hay de humano en los humanos. El objetivo no es impedir que los individuos piensen, sería imposible incluso en los más altos niveles de fanatismo y de sectarismo, sino, tornar ese pensamiento impotente, irrelevante y carente de toda consecuencia en lo referido al éxito o fracaso del poder. Si hemos prescindido del humanismo de de los hombres y mujeres, no debe sorprendernos el acrecentamiento de la inhumanidad de la sociedad actual. Los ciudadanos no tienen nada que decir cuando se prescinde de ellos. Bajo el nuevo capitalismo los ciudadanos perdieron los recursos para pensar de forma autónoma.

Moncho Ramos Requejo

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