viernes, 2 de septiembre de 2011

IZQUIERDA REFLEXIVA


La indignación requiere algo más que ese primer impulso para resolver los problemas. Reflexionar es una actividad que ha de acompañar a la indignación si se quiere que esta no se quede en la inoperancia y en un exabrupto.
Los temas que producen hoy la indignación de los ciudadanos no son sólo coyunturales, sino que hacen referencia a estructuras con problemas enquistados y denunciados desde hace tiempo por economistas sociólogos y politicólogos. Son problemas soportados por la mayoría de los ciudadanos y generados por la organización de una minoría que ostenta el poder económico y político.
Uno de estos problemas y generador de multitud de otros no menores es la burocratización de la acción política. Puede considerarse como una patología administrativa en la falta de discusión y el exceso de centralización de los procedimientos priva de toda iniciativa y de todo sentido de la responsabilidad a quienes no pueden sino obedecer, mientras que un exceso de especialización aísla a cada agente, sin motivarlo a aplicar a los problemas su inteligencia.
La burocracia entraña como condición insuperable la organización de un grupo de ciudadanos en los que el perfil de la autoestima no es significativo; están destinados a obedecer, sin otra alternativa que esperar que se le promocione para hacer carrera.
La respuesta de la socialdemocracia a la crisis actual no se ha de realizar sólo en los horizontes de la economía financiera; debe comprender otros aspectos más fundamentales. Uno de ellos, muy fundamental es poner a disposición de la sociedad el enorme capital humano del que se dispone y que la organización burocrática minusvalora y desprecia.
Gran parte del déficit ahora reconocido, viene producido por el empleo de un enorme capital humano en bienes improductivos. La burocratización de la acción política es una de ellas. La burocratización genera irresponsabilidad, inercia y desinterés. La socialdemocracia daría el paso fundamental para salir de la crisis si se impusiese su desburocratización radical para salir de la crisis.

Moncho Ramos Requejo

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